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Puso una mano en su rostro con pesadez y suspiró. Apesar de los años que llevaba su hijo era un completo ignorante cuando se trataba de relaciones entre humanos.

Es cierto que los yokais coinciden en algunos aspectos con los humanos, pero no se acostumbraban a ser tan melosos o cariñosos como estos.

Jamás le había importado saber sobre ellos.

Lo había arrastrado hacia la biblioteca, donde procedió a quitar libro tras libro y abrió en una página el particular.

—Sesshomaru, ¿qué ves aquí?— señaló a la imagen, pero cuando este abrió la boca ella lo calló con un ni empieces con eso de patéticos humanos.

—Un hombre y una mujer.

—Casi, la respuesta correcta es "una pareja"— dijo más lento las palabras entre comillas.

—Ahora mira aquí, ¿qué ves?— señaló a una parte específica de la imagen, su larga garra haciendo contacto con el papel.

—El hombre le está dando un obsequio— dijo con obviedad, ya estaba cansado de su juego.

—Muy bien— casi le aplaudió como felicitación. —Ahora la prueba final.

Cerró el libro y pidió que leyera el título que se encontraba escrito con grandes letras en color rojo.

—Como... ¿¡conquistar a una mujer!?

Tenia más que ganas de reventar el libro en su cabeza, idéntico a su padre. Pensó, ¿qué tenía el idiota de su hijo en la cabeza para intentar conquistar a una humana?

No quería una nuera humana, ¡solo por encima de su cadáver!

Por otra parte este se encontraba perplejo, relacionarse con humanos solo le traería problemas, sin incluir a la pequeña Rin, claro.

Se dispuso a salir a buscar a la miko, debio de haber escuchado a su intuición.

—¡¿Donde crees que vas?!, ¿desde cuándo te interesas en una humana?. Ja, ¡me extrañó que te acompañara una pequeña niña!

Ahora empezaba a enojarse, ¿con qué derecho quiere discutir sobre tener una protegida humana?

—¡Por Buda Sesshomaru!, si ella es una miko significa que pelea. Algún tipo de arma debe de utilizar. ¿Por qué no le diste una espada o flechas de mejor calidad?

Supuso que él también no había leído el libro, se notaba la tentativa de simular su asombro, la mala interpretación le dará demasiados problemas.

Continuaron gritándose por más un par de minutos, hasta que el hijo se cansó y se retiró junto a sus dos acompañantes.

Se sentía frustrada, nuevamente sería motivo de burla, primero por ser cambiada por una simple mortal y ahora con el interés de su hijo por una igual.

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—¡Que hermoso sujetador Aome!— exclamó una de sus amigas.

Las mejillas de la nombrada se tinieron de un color rojo pálido, era la quinta vez que su kanzashi era tema de conversación.

Después de haber derramado lágrimas por un idiota, haber levantado la cabeza y aprendido un nuevo peinado decidió que todavía era muy temprano para verle a la cara a su amigo, así que volvió el mismo día al otro lado del pozo con la disculpa de que uno de sus amigos se había enfermado del estómago y que estaba de vuelta para evitar perderse más clases.

Ahora estaba junto a sus amigas en el popular restaurante de comida rápida que hasta el derecho de autor y una posible demanda alcanzó, el Wc Donald's.

Era el lugar favorito para frecuentar de este grupo de amigas después de clases, y hoy habían elegido una mesa más apartada del movimiento de clientes.

—¿Te lo dio tu novio rebelde?— preguntó una.

—No

—¿Lo dio otro chico?, ¿O fue Hojo?

—Ninguno de los dos amigas, me lo dio el hermano mayor d-

—¡¡El hermano mayor!!, ¡el hermano mayor de tu novio rebelde Aome!, ¿acaso estás saliendo con los dos?

—¿Qué?, ¡NO!— gritó y se puso de pie golpeando la mesa, las pocas personas que se encontraban en el lugar la miraron. Así que se calmó.

—El me lo dio después de que lo ayude a lidiar con algo a pedido de su mamá, solo eso.

—¿Solo eso?, ¿estás segura?

—Sip.

—¡Pues no lo parece!, Aome; el está coqueteando contigo.

—¡No!, el es demasiado frío como para intentar algo así.

—Pero eso no quita la posibilidad que se fije en ti Aome, dime ¿es guapo?— preguntó una con picardía.

—Pues... si.

—¿Quien es más guapo? Él o el chico rebelde.

Se calló unos segundos, en el fondo de su mente una voz le decía a gritos que eligiera a Sesshomaru, pero si lo decía. De seguro no se detendrian con esa conversación.

¿Qué sigue después? Inuyasha y ella ni siquiera eran novios como solía decir.

Su corazón dio un vuelco cuando pensó en él y sus ojos empezaron a arder.

Sus tres amigas se dieron cuenta al instante de que algo no andaba bien con la morena, y en medio de tantas preguntas ella había estado en concordancia cuando le preguntaron si se había peleado con su novio por culpa del kanzashi.

Después se quedaron más unos minutos consolando a su compañera antes de acompañarla de regreso a su casa.

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Solamente Tú| Sesshome  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora