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Después del incidente en el río, Aome no había vuelto a dirigir la palabra a su acompañante, o secuestrador. Como quieran llamarlo.
–Si al menos hubiera podido decirle algo a mis amigos sobre esto... —Pensó, pero no fue el caso, esperaba terminar esto lo más rápido posible.
—Toma— primeras palabras que le dirigía después de tiempo, tirándole las dos manzanas que había recogido antes.
—G-gracias, pero... ¿y vos, acaso no comes?— preguntó con inocencia.
Este solo frunció el ceño, de algo necesita alimentarse.
La muchacha empezó a quitar algunas cosas totalmente desconocidas para el dai yokai, que solo siguió sus movimientos al ver cosas tan raras.
Observaba mientras la pelinegra vertía agua caliente en un recipiente colorido lleno de dibujos y palabras en la parte exterior. Prosiguió mezclando con un par de palillos.
—Supongo que conocerás esto de aquí a unos años, digo, considerando que los yokais viven mucho más que un humano— sonrió, de una manera que nunca antes le habían dirigido al peli plateado —Prueba, está caliente—. Advirtió.
Entregó el recipiente con un par de hashi.
—¿Que es esto?— preguntó mientras miraba el humo subir lentamente.
—Es ¡ramen instantáneo!, una gran facilidad para los viajes, solo vertir agua caliente y se cocinarán.— dijo en tono de comercial de televisión, Sesshomaru solo la ignoró.
El de pozos dorados atajó sus palillos, no se veía demasiado diferente de las comidas que hubiera visto los humanos comer.
Humanos, era comida de humanos. Odiaba a los humanos.
Pero mismo así, no supo si por impulso o por mera curiosidad. Decidió probar.
Tenian un sabor diferente a toda la comida que había comido en su vida, era agradable; com mucho más sabor que las frutas que solía comer. Comió con más entusiasmo.
—Entonces...— el redujo el paso para mirarla —¿no sueles comer comida de humanos, cierto?
—No, no me hace falta. Solo debo absorber la energía de mi rival en una pelea.
Aome no respondió, por lo visto durante del día no debe de haber cazado ningún enemigo.
Otros pensamientos cruzaron su mente cuando miró al rostro de su secuestrador, al fondo sus ojos; como pozos de oro. Brillaban con cierta curiosidad.
Sus ojos bajaron hasta sus labios, donde cerca de su mejilla tenía un pequeño trozo del fideo pegado. Este ni lo notaba, se concentró más en comer mismo sintiendo la mirada de la joven encima.
—¿Tengo algo en el rostro?— preguntó, seco.
—La verdad es que si— respondió.
¿Por qué lo dijo? Agallas, o quien sabe instinto suicida.
Delicadamente la muchacha dirigió su dedo índice hacia el rostro del mayor, quitó el pequeño trozo de comida de su mejilla izquierda.
El solo la miró extrañado, era la primera vez que alguien se atrevía a tocarle el rostro sin su consentimiento. Su expresión se volvió neutral, pero con una pizca de enfado.
—Perdóname— dijo la sacerdotisa creando mayor espacio entre ambos, decidió guardar y organizar algunas cosas.
Aome valora su vida, lo había hecho sin pensar demasiado en las consecuencias, no había sido sensata al invadir su espacio personal.
Quitó sus libros, botiquín y algunas otras cosas, el yokai, estaba casi, pero casi sorprendido por la cantidad de cosas que podría guardar en aquella bolsa de color amarillo.
Posó sus ojos sobre una florecita de tela muy bien confeccionada, había salido junto a algunos libros y la muchacha ni se dió cuenta.
La agarró entre sus dedos, tenía una extraña cosa pegada en la parte de atrás.
—Es un adorno para el cabello, voy a darle a Sango cuando la vea.
Tras tener aclarada su duda, hizo lo más predecible cuando se trata de este hombre.
No dijo nada.
–Estos asuntos entre humanas no me interesan. Pensó, no es como si estuviera interesado en regalarle algo a una mujer.
Aquel silencio incomodó a la morena, por lo cuál decidió continuar hablando mismo que él no la escuchase.
—Lo use en el festival escolar, fue solo una vez, para interpretar mi personaje— dio una pequeña risita —Estaba nerviosa y todo resultó ser un desastre— recuerdos vinieron a su mente, al momento todo resultó un gran desastre. Pero con el tiempo se vuelve una buena anécdota para contar.
—¿En que parte te resulta gracioso? Si todo resultó un desastre eso quiere decir que no alcanzase tu meta.
—Bien.. muchas veces lo más importante no es ganar, estoy feliz porque pude crear un montón de recuerdos. Mira.
Procedió a quitar algunas fotos que tenía guardadas en el bolsillo delantero de su mochila.
—Estas son mis amigas...
Comenzó a explicar cada foto, sin tener en cuenta que Sesshomaru se sentía como ciego en tiroteo ¿cómo aquellas personas podrían caber en aquel pequeño cuadrito?; ¿acaso no respiran?; ¿cómo la miko podía estar allí y acá al mismo tiempo?
Se cansó del parloteo, y dirigió su mano para poner la florecita en la cabellera de la muchacha.
—Una peineta se ve mejor cuando se usa— y se levanto para retirarse, dejando a una miko sonrojada.
Aquella noche no pudo dormir como se debería, aquella extraña sensación no deja de rondar su pecho.
El youkai dio un largo suspiro y tiró levemente la cabeza hacia atrás.
Mismo con el campo de energía creado por la miko, débil por cierto. Este no podía lograr conciliar el sueño.
No es que dormir pacíficamente fuera una opción, en la era feudal uno siempre debe de estar alerta. Uno nunca sabe cuando alguien puede atacar.
Giró su cabeza solo para encontrarse con la miko dormida, aquella imagen lo llevó no mucho tiempo después al mundo de los sueños.
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—Inuyasha continúa molesto, es bueno que descargue las rabias entrenando— dijo mientras el hanyo casi derribaba un árbol encima de dos pobres niños.
—YO. NO. ESTOY. MOLESTO!— dijo mientras golpeaba la madera y para proseguir a quitar el polvo de sus vestimentas. —¡Me fui ayer y no estaba en su habitación, y hoy a la mañana tampoco!
—¿Y te detuviste a preguntar?
—Pues... no.
Piensas que no es tan idiota hasta ver el trasfondo de sus actos.
—¿Y que quieres que Aome haga? Ni siquiera sabe que estuviste ahí— dijo el pequeño niño.
Había ido una vez el día anterior, pero decidió volver a no ver a la morena alucinando con aquellas "pruebas" que solía tener con frecuencia en su época.
Volvió a la mañana, al no encontrar a nadie en el templo supuso que nadie estaba y que Aome estaba en aquel extraño lugar donde se daban a cabo las pruebas.
Solamente no sabía que en la época moderna era sábado y la familia de la muchacha habían ido de compras mientras la misma ni siquiera había podido llegar al pozo.
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Solamente Tú| Sesshome
FanficSesshomaru es un yokai extremadamente fuerte y apuesto, cumple todo lo que se propone y nunca se arrepiente de sus decisiones. Pero determinada situación lo llevará a tomar una decisión que va en contra de sus principios, pedir ayuda a una humana; a...