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Podía atravesarlo con su espada, tirarlo de un acantilado o de alguna montaña, atarlo a un árbol para que los pájaros demonio lo devoren también era idea tentadora. Pero no podía hacerlo, tenia a la pequeña Rin a su lado así que tendría que ser algo rápido.

Entonces seré directo. ¿Me invitas a ser el padrino de la boda?.

¿Por qué no podía solamente callarse una vez?

—¡Señor Sesshomaru!, ¿usted se va a casar?, ¡por qué no lo dijo!— exigió la pequeña, toda la atención de Murasakino se dirigió a ella.

—¡Que niña tan linda!, ¿esta es tu hija adoptiva Sesshomaru?— los ojos de la pequeña se iluminaron, siempre había pensado en el Lord como su amo; quién lo había devuelto a la vida.

—No, — respondió seco, el ánimo de la pequeña decayó. —Es mi protegida.

Cuando los ojos color chocolate de la niña perdieron parte de su brillo, el yokai intentó animarla.

—No le des demasiada bola a ese brujo, creas o no él era un niño tierno cuando tenía tu edad.— imaginarse a un pequeño Sesshomaru hizo que la pequeña soltara una risita, la idea del yokai frío siendo tierno de niño no le fue muy difícil gracias a su gran imaginación.

Mientras tanto el Lord del Oeste hervía de rabia.

—Pero..., ¿cuantos años tenía?.

—325.

—YA, BASTA. ¿Cómo te atreves a decirme que me voy a casar?.

—Pensé que ya lo considerabas, ¿o todavía no quieres ser oficialmente el Lord de las Tierras del Oeste?.

Se detuvo a pensar, finalmente le interesaba una mujer, pero ¿donde quería llegar el entrometido?.

—¿Que quieres?.

—Nada. Solo cerraba negocios y de vuelta me encontré con tu presencia así que me detuve a saludar, sueles ser muy escurridizo para encontrar cuando estas dando una de ermitaño por ahí.

—¡No le digas así al Amo Sesshomaru!— la conversación fue interrumpida por el portador del báculo.

—¿Entonces tu amo evolucionó a buen Samaritano?, ¿sapo parlante?.

—¿Cómo te atreves?, eres un...

—Jaken, ya basta.

—Si Amo Bonito...

Después de las palabras del Lord el sapo parlante se calmó, Murasakino simplemente soltó un Ja. en vitoria.

—¿Que le pasó a tu túnica?, ¿te la robaron otra vez?.

Hizo memoria de acontecimientos del pasado, cuando su amigo había empezado a emprender estos viajes. Más de una vez aldeanos la habian llevado para vender o por el simple hecho de que le pertenecía a  un hombre con belleza deslumbrante había sido suficiente para que alguna mujer se apoderará de la vestimenta.

Después de este comentario Sesshomaru lo miró con su típica mirada fría, el imbécil tenía talento para molestar.

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—Te ves muy feliz Aome.

—¿En cerio?.

—¡Si!

Era poco más del medio día, desde que Koga se había retirado el grupo de Inuyasha ya había enterrado el cadáver y la sacerdotisa se había vestido con una nueva vestimenta.

Solamente Tú| Sesshome  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora