Llevame

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Ricky tenía el peso del mundo sobre sus hombros, quien sabía como me iba a caer esa noticia.
Entró a mi habitación con los ojos cristalizados.
- Ricky- dije
- Hola, te extrañe- dijo el dándome un abrazo.
En su cara podía percibir que algo malo pasaba. Ricky nunca solía estar tan apagado.
- dime, qué pasa?- le pregunte, pero en vez de una respuesta obtuve lágrimas.
- Ricky, qué sucede?
- El, él no...
- Ricky,- fue ahí cuando mi mente se percató de algo- donde está Angelo?
- Ange-lo es-esta- Ricky tartamudeaba
- Mírame, dime, adonde está Angelo?
- Entró en un coma.
Mi cara cambio, negué con la cabeza, hasta que una lágrima me brotó. Me levante de la cama, como pude, no tenía fuerza, pero por Angelo era capaz de hacer lo imposible.
- llévame con Angelo - grite - llévame Ricky vamos- toda la clínica podia escucharme, era de esos momentos en los que gritas y lloras al mismo tiempo.- Ricky llévame con Angelo- está vez lo dije en un llanto eterno.
- No puedo, no puedes irte.
- Qué pasa aquí?- dijo una enfermera
- Por favor, quiere irse.
- Señorita usted no puede irse
- Ustedes no me puede privar de ver a Angelo- grite
- Baje la voz por favor.
Una lucha concluyó en quedarme en mi cama. Me sentía devastada, mi Angelo, como era posible?
- me quedaré aquí- le dijo Ricky a la enfermera- vaya tranquila.
- Sabes adonde está?- le pregunte
- Si, está en el cuarto piso, ultimo cuarto. Mañana preguntaré si podemos verlo, quieres?
- Me gustaría- le dije a Ricky y él tomó mi mano.- Ricky...
- Qué pasa?
- Lo siento
- Que?
En ese momento empujé a Ricky y salte fuera de la cama, corrí lo más rápido que pude hasta el ascensor. Vi a Ricky mirarme desde la puerta. Ya nada me detenía, solo quería verlo.
Llegue al cuarto piso, última habitación, la puerta estaba cerrada, alguien lloraba desde adentro. Me sostuve de un caño que recorría la pared, estaba cansada, me sentía débil.
- Campeón, ella lo hizo, t/n despertó. Que esperas para hacerlo? Tienes que cuidarla.
Era Robby, lo oí hablarle a Angelo como si él pudiera comprenderlo.
En el momento que estaba por entrar a la habitación, el miedo recorrió todo mi cuerpo, una lágrima rozó mi rostro. Me congele en la puerta. En ese instante Sergio me vio.
- qué haces aquí?
- Vine a ver a Angelo, pero no soy capaz de entrar- dije llorando
- Esto no está bien, vámonos.
Abracé a Sergio lo más fuerte que pude.
- te extrañe- susurré en su odio
- Yo también

mamá quiero ser menudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora