mamá quiero ser menudo

Devuelveme lo que me quitaste

Robert y yo estábamos sentados en mi cuarto que se encontraba lleno de cajas.
- Lo besé-dije en voz baja
- Que?- pregunto Robert
- Besé a Angelo y por eso crees que mereces mucho más que a mi-mi voz comenzó a quebrarse
- Ey, no te pongas así- Robert se acercó a mi y rodeó mi cintura con su brazo, yo puse mi cabeza sobre su hombro.
- Lo siento mucho Robert de verdad yo...
- Te perdono.
- Que?- lo mire confundida
- Entiendo esto que tú y Angelo tenían y que pueda haber pasado algo, pero yo te amo, y nada podría cambiarlo
- Robert
- Que?
- Yo también te amo- dije y solo lo besé
- por cierto, feliz cumpleaños- sonreí, creí que lo había olvidado
- No tuve tiempo de comprarte un regalo, lo siento
- No te preocupes, tenerte a ti es suficiente- lo volví a besar

(...)

Estaba segura de que mi decisión era la correcta. La idea me invadía ya hace tiempo, y la partida de Angelo lo había reforzado.

- Edgardo- golpee la puerta de su oficina- estás ocupado?
- Pasa, adelante- entre un poco tímida- qué pasa?
- Yo, quiero renunciar.
- Pero, cómo se te ocurre?
- Lo he pensado hace tiempo y quiero salirme
- No puedes solo "salirte"
- Claro que si, ya no estoy bien aquí
- Mira niña, si tú no quieres- dijo el pero lo interrumpí
- Ya no soy una niña- levante la voz- estar aquí encerrada durante 7 años me quito el ser una niña.
- Deja de decir tonterías
- Esta bien, éramos unos niños y-y tú, tu te adueñaste de nosotros, deberíamos estar afuera viviendo una vida normal, como cualquier joven
- Puedes irte?
- No, no me ire, porque lo único que tú hiciste fue arruinarme la vida.
- Disculpa? Te di una carrera, te di éxito
- Me diste depresión, un coma, estrés, ataques de pánico, una maldita convulsión. Y que? Yo jamás me queje, seguí cumpliendo tus malditas ordenes, trabajo, trabajo y más trabajo. No como ni duermo hace días, todo eso si es tu culpa. Nos estas explotando.
- Niña insolente, vete de mi oficina
- Quieres que me vaya? Esta bien, pero me largo de esta casa.
- Ya veremos cómo le haces- dijo pero yo cerré la puerta fuerte y me fui al cuarto.
- Robert
- Qué pasa? Por qué lloras?
- Ayúdame a empacar
- Para que?
- Me iré de aquí, te lo explicaré luego, pero por favor ayúdame.
- Claro que si, a ver dame tus cosas.

Robert y yo hicimos mis maletas, que aunque no lo creía eran bastantes.
- llamaré a un taxi en lo que te despides
- Gracias

Salí del cuarto y recorrí ese pasillo, por el cual pasábamos todos los días. Esas paredes que tenían muchas historias.
En eso recordé la primera vez que entré a la casa, fascinada por la gran estructura, emocionada por estar en menudo, lo que hoy en día se convertía en una pesadilla para mi. También el día en el que cambiamos de cuartos, cuando Angelo casi cae de la terraza, Robby besándome, Sergio consolándome mientras lloraba. Se me vino a la mente el recuerdo de Robert leyendo mi diario, el día en que Angelo me encontró llorando en el baño, los anillos de Ricky.
Y ahí fue cuando entré al cuarto de Sergio.

- Que tienes?- pregunto cuando me vio llorar
- Ven aquí- dije y lo abracé tan fuerte como pude- debo irme, pero te prometo que hablaremos, llamaré seguido.
- Por qué? No entiendo?- Sergio se veía confundido y sus ojos también se llenaban de lagrimas.
- Porque ya es el momento, no me siento bien aquí dije secando mis lagrimas.
- Sabes, te echaré de menos, pero esta es tu decisión.
- Te amo amigo- Volvi a abrazarlo
- Yo te amo también
- Sergio necesito que les digas a Rubén y Rawy que me tuve que ir pero que los quiero y los extrañaré mucho.
- Lo haré
- Gracias

Le di un beso en la mejilla y salí de la habitación y me dirigí a el cuarto de Joselo, ya que era importante despedirme de él