Querido Angelo

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Sabía que lo nuestro debía tener el cierre que se merecía. Buscaba exhaustivamente en mis cajones un pedazo de papel escrito.
- aquí estas- dije

Corrí fuera de la habitación y busqué a Angelo, encontrarlo no fue complicado porque estaba en la cocina.
Subimos a la terraza, más bien lo tiré del brazo hasta la terraza.
No estaba completamente segura si lo que estaba a punto de hacer era buena idea pero decidí seguir mi plan

- qué pasa?- pregunto Angelo - que hacemos aquí?
- Necesito leerte algo, y sería mejor si dejaras tus dudas para el final- Angelo asintió con la cabeza y nos sentamos en el suelo
- Esta es una carta que escribí antes de el accidente. Nunca tuve la oportunidad de dártela, y creí que esto puedo ser el cierra de una etapa.

Querido Angelo:
No tengo palabras para expresar el amor que siento por ti. Creo que no hay nada tan inmenso como esto.
Desde que te conocí supe que eras alguien especial. Ese abrazo en el avión, la sonrisa al bajar de el. Recordé cada momento contigo, y cada uno me hizo feliz.
Se que a veces peleamos pero, se que siempre lo podemos resolver. Porque sé que estamos destinados a estar juntos.
Nunca te conté lo qué pasó el día que te dije que salve tu vida, tú casi caes por la terraza. Pero gracias a dios caíste en mis brazos.
No se si te pasa lo mismo pero cada vez que estamos juntos siento como mi corazón se acelera. Y cada día se que estoy mas enamorada de ti que antes.
Supe que eras el indicado cuando me dijiste que estabas dispuesto a ser el padre de un hijo que ni siquiera era tuyo.
Angelo, simplemente cambiaste mi vida. Mis días son mucho más felices contigo a mi lado. Amo todo de ti, tus besos,tus caricias, tus abrazos. Amo el verte dormir, verte sonreír, verte haciendo lo que amas. Ver cómo subir al escenario te convierte en otra persona.
Amo esa parte de ti que hace feliz a todos porque eres luz Angelo, y lo sabes.
Creo que nadie me hizo sentir tan segura como tú, y es probable que nadie más lo haga.
Lo siento tanto, por no poder hacerte feliz como debería. Porque no se cómo estar ahí siempre como tú lo haces. Por fallarte cuando me necesitabas. Perdóname por enojarme tan seguido y ser una caprichosa.
Por eso y más te pido perdón.
Te amo Angelo, hoy y siempre.
Con amor t/n.

Mire a Angelo con los ojos bañados en lágrimas y él simplemente me abrazo.

- estoy segura de que encontrarás a alguien mejor que yo, algo mejor que esto- susurré
- Jamás habrá nadie mejor que tú, tu eres mi mejor amiga- Angelo me miro a los ojos- sabes que no me importa si somos o no somos pareja, lo único que busco es cuidarte, estar contigo siempre que lo necesites y asegurarme que seas muy feliz- sonrió. Angelo y yo comenzamos a llorar, pero esta vez de felicidad, no entendía como alguien podía ser tan buena persona.
- ahora sécate esas lágrimas y ve a arreglarte porque se que tienes una cita- me dijo y sonrió
- Oh si, lo había olvidado por completo, Robert.
- Vamos- se paro y extendió su mano para ayudarme.

(...)

Me estaba cambiando para salir con Robert, llevaba puesto un vestido color oro rosa corto, con unos tacones color nude. Mi cabello estaba semirecogido, me había maquillado lo más natural posible.

- luces espléndida- remarcó Angelo y me dio una vuelta
- Gracias- sonreí, Angelo me abrazo y caímos riéndonos sobre la cama
- Extrañaba esto
- Que cosa?
- Ser tu mejor amigo...

(...)

Estaba bajando las escaleras, y al pie de ellas estaba Robert.
Llevaba una camisa blanca, con un swetter azul y unos pantalones negros.
Nunca lo había visto vestido de esa manera. Vi su cara, me miraba con un brillo especial en sus ojos, y con su hermosa sonrisa.

- Eres perfecta- dijo y yo sonreí- ahora señorita, una cena nos espera- me besó
- Claro que si, vamos.

El lugar me resultaba muy familiar, se sentía como si ya hubiese estado en el más de una vez, que fue algo que confirme cuando nos sentamos en aquella mesa en medio de muchas otras.

- Qué pasa? Es el lugar? Hay algo malo?- pregunto Robert notando mi preocupación.
- No, es solo que..- suspire- Ricky y yo vinimos aquí en nuestra primera cita y era un lugar al que veníamos mucho.
- Oh dios debí saberlo- dijo Robert un poco mal
- No Robert, no es tu culpa, fue hace mucho tiempo.
- Sabes que, mejor nos vamos- se paro de su asiento
- Robert quédate esta bien.
- No, vamos- me tomó la mano y salimos del lugar
- y adonde iremos?- pregunte
- A ver una película

mamá quiero ser menudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora