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Yuqi estaba en casa de Yukhei luego de clases, prácticamente la había arrastrado consigo para conversar largo y tendido sobre los acontecimientos del día de ayer. Yukhei lucia molesto, pero no con Yuqi, sino con él mismo, se culpaba de lo que le podría haber pasado sino hubiese llegado a tiempo.

—Por qué no me lo dijiste. Hubiese tomado el primer vuelo de regreso a Shanghái.

—¿Cómo iba a hacer eso? Por si no lo recuerdas, aún no somos novios públicamente, se vería raro que solo por la "chica becada" corras de regreso, además, estabas en algo importante por allá.

—Yuqi, tú también eres importante.

—¿Cómo supiste donde estábamos?

—Apenas llegué a Shanghái, quería un poco de la leche que vende el señor Jiang, entonces hicimos una parada allí primero, luego de eso él nos comentó si sabíamos que te ocurría, porque te notaba más apagada de lo normal, aparte que había notado a un hombre rondando por el lugar siempre. Entonces llamé a NingNing y el resto de la historia ya la sabes.

—Bien, supongo que te debo una disculpa, a partir de ahora no te ocultaré mis problemas, pero me tienes que prometer que no vas a actuar impulsivamente.

—Será difícil, pero lo prometo, teniendo a Kun a mi lado, él será mi catalizador. – hizo una pausa brevemente. —Entonces, ¿Me contarás la historia con ese señor?

Yuqi tomó una larga respiración.

—Tenía nueve años cuando lo conocí, a veces mamá dejaba que sus clientes esperaran en casa mientras ella se preparaba para irse. No era mucho el tiempo, una vez fui a tomar un vaso de agua a la cocina, mamá me dijo que no saliera de mi cuarto pasada las nueve, pero esa vez desobedecí porque tenía mucha sed, entonces él me cargó por la espalda e hizo que me sentara en sus piernas, me acarició el cabello y el rostro, pero nada más, mamá no lo vio esa vez.

»A mamá no le gustaba frecuentar a un mismo cliente seguido, pero este hombre no sé cómo lograba escabullirse a casa, le conté a mamá lo que me hizo porque él, aunque no me tocaba indebidamente, me acariciaba el pelo muchas veces, además parecía que le gustaba que me sentara en sus piernas. La cosa es que mamá lo echó y ya no nunca quiso acostarse con él. Pensé que nos dejaría en paz, pero aparecía cada dos meses más o menos a pagarle cifras buenas a mamá y ella no podía rechazarlos porque necesitaba dinero. Así pasaron tres años de mi vida, hasta que nos mudamos a Shanghái, y lo volví a ver hace unos días.

Yukhei terminó de escuchar la historia y su mente empezó a maquinar lo primero que haría en cuanto encontrara a ese hombre.

—Ahora está huido, ¿no?

—Sí, no pensé que se despertaría tan rápido luego del golpe que le dio NingNing. Yukhei, tienes que ayudarme, esto no puede salir de aquí, si la escuela se entera, estoy acabada.

—Tranquila. Tienes mi palabra que esto no lo sabrá más que las personas a las que le dijiste.

—Solo NingNing, Shuhua, tú y Kun lo saben.

—Tendremos que movernos silenciosamente, pensaré en un plan, no te preocupes. Hablaré con Kun de esto.

—Gracias.

Yukhei levantó el mentón de Yuqi, la encontró nerviosa y con miedo. Quería golpear a ese hombre en donde más le dolía.

—No te tocó de más, ¿cierto?

—No, NingNing estaba en la misma habitación, era imposible que algo más ocurriera con ella dentro.

Yukhei se aproximó a besarla con dureza, los labios de ella se abrieron torpemente, pero lo recibió de la mejor forma, alzó sus brazos a la altura de su hombro y se dejó envolver por los fuertes brazos de Yukhei. Esto necesitaba, olvidarse de todos los problemas por un momento, y cuando él le besaba, Yuqi sentía perder la cabeza.

Bonne Chance [Luqi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora