Capítulo 10

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— Primera vez que tengo que firmar un contrato de confidencialidad para asistir a una boda. De hecho, ni siquiera esperaba que me invitaras. — Musitaba divertido Jeong Jaehyun junto al otro pelinegro que bebía una copa de vino sentado en su habitación dentro de la mansión. — Siento que es un honor ser tu acompañante.

— Si tú lo dices. — Se encogió de hombros divertido.

— Vaya, qué emoción por ver a tu padre casarse y ser feliz. — Bromeó entregándole los papeles.

— Una firma no es sinónimo de felicidad. — Fue lo único que dijo mientras dejaba los documentos firmados de lado y permitía que Jaehyun le quitara su copa. — ¿Qué haces? — Sonrió sintiendo las manos del contrario en el borde de su pantalón.

Jungkook siempre se había llevado bien con Jaehyun, a pesar de que nunca tuvo una relación seria porque de alguna forma terminaban siempre después de unos encuentros, ese pelinegro fue uno de los que más le gustó. Nunca llegó a enamorarse como lo hizo de Yoongi, fue una atracción diferente a la experimentada por ese peligris porque no lo golpeó a la primera. Simplemente que sus encuentros se fueron volviendo regulares y a medida que esto corría, ellos se sintieron mejor.

Sí hubo un momento en que pensaron en tener algo, luego Jaehyun tuvo que ir a estudiar al extranjero debido a sus padres y recién hacía unos meses que había regresado. No se vieron por tres años, rompieron todo contacto hasta que por casualidad volvieron a verse. No ocurrió nada, solo retomaron la amistad que tenía hasta hacían dos semanas atrás.

Sus pláticas llevaron a un encuentro en donde se divirtieron hasta el punto en que Jungkook pudo olvidar todo aquello que lo había estado molestando. Entre una cosa y otra, terminaron besándose, una cosa llevó a la otra, tuvieron sexo. Aquel día en que Taehyung fue a su casa, ellos tuvieron su segundo encuentro íntimo después de todos esos años.

Ahora, dos semanas después, a unas horas de la boda de su padre, era agradable tenerlo cerca porque esto lo mantenía ocupado, bastante relajado y a pesar de todo podía reírse. Descendiendo su mirada para encontrarse con el contrario, sonrió asintiendo, no tenía un porqué estar mal. No era problema suyo lo que esos dos adultos irían a hacer. ¿Por qué siquiera seguía pensando en ello? La vida continuaba.

— ¿Sabes qué fue bueno? — Preguntó divertido Jae pasando a ponerse de pie para retirar su propia camiseta negra. — Que ambos hayamos hecho nuestros chequeos médicos hace poco más de una semana.

Los ojos de Jungkook sin querer viajaron a sus clavículas, eran normales. Sus trapecios y todo su cuerpo era increíble, pero por alguna razón ahora buscaba unos hombros anchos y rectos, un pecho musculoso pero más plano. Dejó sus párpados caer alejando esa imagen que lo estaba volviendo inconforme en esos momentos. Una exhalación abandonó su boca, hacía muchísimo tiempo no sentía una humedad similar.

Colocando sus manos a los costados de su cuerpo, se entregó a ese momento tan necesitado de alivio mental. No era normal que algo que no tenía nada que ver con él lo afectara tanto. No iba a pensar más en ello, no lo hizo, al menos hasta que llegó la hora de la ceremonia.

Era una reunión bastante privada, los abogados de la familia junto al único socio o amigo que podría tener Jeon Dongun. Hoseok y Wooshik también estuvieron presentes, el señor Jeon ya había tenido el placer de conocerlos porque Taehyung jamás los dejaría atrás, eran su familia. El asistente personal del dueño de aquel lugar.

Seokjin junto a su asistente Min, Jungkook con su acompañante y los novios. Sin más invitados, sin más persona que los empleados de la casa, todos y cada uno de los presentes, excluyendo los hijos del mayor, tuvieron que firmar un contrato de confidencialidad porque públicamente, no se podía filtrar el matrimonio.

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