Desde muy temprana edad para Min Yoongi el objetivo era crear relaciones basadas en nociones de confianzas profundas y reales. El amor se definía no por la exclusividad sexta, sino por el respeto real, la preocupación, el compromiso de actuar con buenas intenciones. La responsabilidad de las acciones y el deseo de crecimiento mutuo. Por este motivo siempre dijo que él podría amar a cualquier ser humano sin colocarse alguna etiqueta.
En algún punto experimentar y descubrir que se podía sentir tanto placer en su propio cuerpo de mano de Seokjin. Las actividades y experiencias solo aumentaban haciéndole descubrir desde los más intensos hasta los más turbios orgasmos. Namjoon había intensificado todo, pero recordándole varias de las cosas que había dejado olvidado en el pasado. Le ayudó a volver a entrar en contacto consigo mismo, a no olvidarse y retomar el valor, poder y amor sobre su persona cedido.
Envuelto en una toalla y secando sus pies en otra ubicada en el suelo, el pelinegro avanzó a pasos tranquilos por toda la habitación. Eliminando la toalla en su cintura secó por última vez su tatuado brazo, sentándose en la cama en la cual había estado durmiendo durante las últimas semanas.
Necesitaría coraje porque relaciones como esa en la que estaba entrando daban miedo. Amar a otras personas sin un guión podría ser aterrador. Permitirse y permitirle a las personas que llegaban a amar tomar sus propias decisiones sin tener el más mínimo control también daba miedo, por eso comprendía tan bien a Seokjin. Del tipo de coraje que implicaba estar dispuesto a dejar de lado las garantías, las excesivas expectativas y el egoísmo de poner en primer lugar solo los propios deseos para poder amar y confiar en sus compañeros.
— Buenos días, dormilón. — Una suave voz femenina llegó a él junto a la dueña de esta envuelta en una verde bata de seda con un moño alto en su cabeza. — Pronto nos servirán el desayuno. — Avisó recostándose a la puerta, observando sin disimular cada centímetro de esa pálida piel expuesta. Las comisuras de sus labios se elevaron y Yoongi en respuesta le sonrió brevemente. Ya se había acostumbrado a las indiscretas y un tanto lascivas miradas de Chungha. — ¿Vienes?
— En unos segundos, nada más déjame vestirme. — Respondió poniéndose de pie bajo la atenta vista. — ¿Deseas ayudarme?
— ¿Puedo? — El brillo en los ojos de Chanmi se intensificó, la alegría se hizo notoria al caminar hacia el de negros cabellos. — Como hoy no tienen que salir a trabajar, ¿qué tal si te pones algo de lo que te regalé? Nada de trajes oscuros y entallados, vístete un poco más informal, todavía son jóvenes, no te guíes exclusivamente por los gustos de Jin.
— No me guío por sus gustos solamente, a mí también me gustan los trajes, la ropa formal. — En el rostro de la mujer figuró una mueca que casi hizo reír al mayor. Se habían vuelto buenos amigos, cómplices en algunas cosas, todavía distantes en otras. — Eso es demasiado juvenil para mí, otra cosa.
Jeon Seokjin mecía a su hija en brazos cuando vio a su esposa llegar de la mano de su hombre. Fue inevitable sonreír, esas imágenes se estaban tornando una constante agradable en esa rutina que vivía desde el nacimiento de Ryujin, desde que Yoongi había aceptado darle una oportunidad. Sus días se estaban volviendo un poco más alegres.
— Ven aquí... — Llamó el castaño a Yoongi, avanzando también algunos pasos hasta que una de sus manos alcanzó la mandíbula contraria para atraerlo en un beso dominante, mas suave y lento.
— Bueno, me llevo a mi princesa así su papá y su tío pueden tomarse su tiempo para unirse a nosotros en el comedor. — Colando sus brazos en medio de los dos hombres agarró a su hija cuidadosamente, con ambos observándolas con una sonrisa. — No se tarden, por favor.
— No lo haremos. — Le aseguró Seokjin esperando a que su esposa e hija desaparecieran de su vista para abrazar con mayor ahínco al pelinegro de cabellos húmedos para besarlo un poco más. — ¿Cómo dormiste?
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INFAMOUS
Любовные романыJungkook tiene una vida estable entre su trabajo y familia, no puede decir que todo es perfecto, pero tampoco tiene muchas quejas. Su máxima preocupación son los negocios y la vida que lleva su padre. Sin embargo, su estabilidad comienza a tambalea...