Capítulo 30

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Tal vez si en su vida no hubiese aparecido una persona como Jeong Jaehyun, si él se hubiera quedado soltero todo ese tiempo teniendo encuentros casuales y Kim Taehyung tuviese un esposo cualquiera del cual no conocía nada en vez de su propio padre, su moral y decencia hubiese perecido mucho tiempo atrás.

Sin embargo, nada de eso resultó de ese modo, el peligris era su padrastro, ese que se sentaba en el regazo de su padre, a quienes ya más de una vez ha escuchado intimar sin querer. Él era el hombre a quien su padre besaba y hacía cosas de las que no quería siquiera imaginar porque le revolvía hasta el estómago. Falsas o no, escuchaba palabras de amor, veía escenas de dos hombres que se amaban mutuamente en apariencia.

Por eso en ese instante Jungkook se contenía, se estaba alejando nuevamente porque hasta cierto punto le parecía repulsivo estar al tanto de la boca que se posaba sobre ese cuerpo, las manos que lo tocaban. Le daba un poco de asco por algún lugar de su mente poner la boca donde alguien más lo hacía constantemente. Absurdo, pero por segundos sentía que no podía seguir con eso y el mayor pudo notarlo. Debido a esto fue él quien pasó a tomar el control del beso y las caricias, para no dejarle abierta una rendija por la que se pudiera escapar. Estaba reacio a quedarse una vez más sin disfrutar a ese hombre.

Sí, podía ser un capricho porque justo ese que deseaba era el que más le costaba, el más difícil de alcanzar. Le daba cierta satisfacción saber que podía llevarlo a él o a cualquiera a su patio de juego y hacerlo su comodín. Saber que por él, hombres como los Jeon, con todo el poder y la posición que tenían sucumbían como cualquier mortal al placer y que este, era dado por él. Lo hacía sentirse un dios del placer e incluso algo más.

— Espera... — Susurraba Jungkook una y otra vez sobre sus labios, retirando las manos que se habían aferrado detrás de su cuello, esas que lo presionaban y mantenían en un lugar en el que por momentos no quería estar.

Seguía pensando que no valía la pena arriesgar todo lo que tenía y podía llegar a tener justamente por Taehyung. Con él arriesgaba incluso a su familia, no era la más amorosa, normal y cercana, pero los quería. Habían pasado por demasiadas cosas juntos como para agregar algo más que los podría destruir internamente. Con sus defectos y virtudes, amaba a su padre, después de todo, no era perfecto, no siempre estaba cerca, pero cuando lo hacía, ponía todo de su parte para intentar retomar el tiempo perdido.

Era el hombre quien junto a Seokjin, corría con y por él cada vez que lo necesitaba, fue quien muchas veces calmó su llanto con un abrazo y beso en la frente. La primera vez que Seokjin se alejó de ellos, a pesar de ser ya un adolescente, no pudo evitar llorar cada noche extrañando a su hermano. Fue Jeon Dongun quien entraba a su cuarto para hablarle, quizás los temas no siempre eran de su agrado, hablar tan profundamente de la vida o el futuro no fue lo que quiso escuchar estando así de incompleto, pero sabía que ese hombre velaba por su sueño hasta el amanecer. Muchas veces lo vio quedarse dormido en el sofá cerca de su cama todavía con sus trajes, lo despertaba y veía irse a trabajar después de enviarlo a la escuela.

Esa fue quizás la época en donde más lo necesitó y ahí estuvo. Comprendía que cometía errores, entendía el motivo para que su hermano muchas veces no soportara siquiera verlo, pero ese era el papá de ambos. Aunque algunas veces por sus comportamientos y contestas él les hubiera puesto una mano arriba, al mayor le dolía más que a ellos, usándolo para hacerlo sentir peor, nada borraba el hecho de que él era su padre. Ahora, estaba considerando la idea de una noche con el hombre que su progenitor escogió para casarse y compartir el resto de su vida.

— Deja de pensar tanto, Kookie... Tus besos, tu cuerpo sabe que deseas esto tanto como yo... — Fue un segundo en el que Jungkook lo miró a los ojos cuando sus párpados se elevaron y se encontró con esas irises color avellana, pero bastó para saber que podrían ser una perdición.

INFAMOUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora