Capítulo 38

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Taehyung se sentía contrariado y un poco molesto aunque no existía una razón real para estarlo más allá de que sus planes revieron frustrados. Por culpa de ese ataque que le dio a Jaehyun, sus vacaciones se estropearon. Todo debía haber culminado cuando este decidió irse, no estaba en sus planes, pero le alegró que lo hiciera después de todo. Solo no contó con que el tonto Jungkook se fuera detrás de su expareja. ¿Por qué no aceptaba lo que quería?

Estaba indeciso entre Jaehyun y él cuando le dio una posibilidad clara y efectiva que funcionaba para todos, se quedaba con su pareja mientras ellos continuaban sus encuentros sin problemas. Si lo hubiese aceptado, hubiesen encontrado mejor solución, no se hubieran arriesgado en aquella terraza evitando así que Jaehyun se diera cuenta. Para comenzar, no le tenía que haber contado lo que pasaba entre ellos, de este modo, el otro pelinegro no tendría ni idea y no se hubiese preocupado tanto por su cercanía o movimientos. Lo perdió por actuar del modo tan imprudente en que lo hizo.

Las cosas terminaron fatal y su separación definitiva arruinó el resto de las vacaciones con su esposo. Primero Dongun se quedó preocupado por su hijo y Jaehyun, cuando pensó que finalmente pondría toda su atención en él, recibió una llamada y tuvieron que regresarse por asuntos de trabajo. Ahí estaba ahora tres días después del incidente en aquella preciosa casa que su esposo pondría a su nombre, entrando al triste edificio en donde en su momento vivió junto a Hoseok.

Había quedado con su mejor amigo esa tarde, no estaba de ánimos para quedarse en su propia casa. Ahora iría a recoger unas cosas que el pelirrojo le pidió para quedarse en la noche en la mansión con él. Las recogería, iría a la compañía y luego se irían juntos a su residencia.

— ¡El mejor bailarín que existe en Corea del Sur! Qué digo Corea, ¡del puto mundo¡— Taehyung había estado viendo bailar a Hoseok luego de recoger sus pertenencias y llegar a Jeon's Entertainment.

Sabía que lo encontraría en uno de los estudios de baile, el pelirrojo vivía allí incluso cuando podía descansar. Su cuerpo era guiado por el ritmo, como si cada mínimo sonido tuviese la capacidad de liderar sus músculos de manera independiente. Siempre le gustó ver bailar a su mejor amigo, ahora que este estaba cumpliendo su sueño, se sentía feliz y satisfecho por ambos.

Con su ancha camiseta cubierta de sudor, Hoseok se volteó en dirección a su voz, sonriendo ampliamente mientras se dirigía hacia su teléfono para bajar el volumen de la música que desprendían las bocinas cubriendo salón. Con una pequeña toalla secó su sudor y se acercó.

— Creí que tardarías mucho más, me sorprendió que me llamaras hace un rato.

— Pues ya te contaré, pero ahora vámonos, ha sido muy difícil verte a pesar de que estamos dentro de la misma compañía. — El pelirrojo asintió de acuerdo, pasando a recoger todas sus pertenencias ayudado por Taehyung. — Estacioné mi auto en el exterior de la compañía en vez del garaje principal.

— ¿Tu auto?

— Sí, moría por enseñártelo, fue regalo de mi bello esposo. Cuando llegamos a la casa esperaba por mí, no me había dicho nada, pero como regresamos antes, me lo entregó antes. Solo con eso se me pasó un poco la molestia. — Bromeó empujando al pelirrojo que negaba ante sus palabras. — Te va a encantar. Tuyo cuando lo necesites.

— Gracias, pero no, gracias. — Se rio mientras se dirigían al exterior.

El auto realmente era asombroso, de alta gama, pero elegante y sencillo. Difiriendo de lo que el mayor esperaba en un comienzo, el Mercedes Benz EQA lucía bastante discreto, era mucho más llamativo el resto de vehículos que tenían los pertenecientes a la familia Jeon y también el que Taehyung al final terminó comprándole a Wooshik tiempo atrás. Ese tipo de automóviles se acercaba un poco más a su estilo, estaba bonito y se lo dejó saber a su amigo que le dio a cambio una amplia sonrisa cuadrada.

INFAMOUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora