Capítulo 68

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Kim Taehyung abrió los ojos en la cama de su esposo. Estirándose y bostezando miraba a su alrededor rememorando todo lo ocurrido la noche anterior. Se encontraba menos borracho de lo que aparentó con Jungkook, no podía dar una actuación así en pleno uso de sus facultades, mucho menos frente al idiota de Jaehyun y cualquiera que pudiese verlo. Siempre se podía echarle la culpa al alcohol, pretender que se confundió, cualquier cosa que sobrio nadie creería.

Sus hombros se sacudieron ante el recuerdo de esas dos palabras: "te amo".

¿Por qué las personas le daban tanta importancia a unas palabras cuando realmente podían sentir mejor ese supuesto sentimiento a través de acciones? Para Taehyung, esas palabras eran solamente eso, expresiones vacías utilizadas para comunicar algo y nada más.

Engañarse a sí mismo no podía, Jungkook le gustaba de verdad, estaba hasta cierto punto enamorado de él y podía sentirlo. Ahora, amor, lo que se dice amor, por mucho que lo analizaba no estaba seguro de sentirlo. De hecho, si le preguntaran con quién sentía algo semejante al amor, diría Jeon Dongun sin dudar. Tal vez es que no se había permitido sentir más allá por Jungkook, era peligroso lo bien que se sentía a su lado, no lo amaba, pero años atrás, él hubiera caído en un suspiro por alguien como Jungkook.

Recordaba la primera impresión que le dio la noche siguiente a su primer encuentro, tenía todo el material necesario para ser un novio perfecto. Lo vio con Jaehyun comportarse así y sintió curiosidad por ello porque tal cual vio en el club, Jungkook lucía como alguien ideado para follar, no para relacionarse más allá de una cama. Su moral intachable le creaba morbo, cambiar su pensar y actuar fue algo que disfrutó.

Le encantaba estar con Jungkook y eso no era un secreto, lo hubiese dejado hacía mucho tiempo si este no lo complaciera. Arriesgar tanto, por tan poco, ocasionaba pérdidas que no quería afrontar. Todo a su lado era de cierta forma positiva y sí, podría amarlo en un futuro o si se lo permitiera, pero en ese preciso instante, no creía amarlo.

La única razón para decirle "te amo" en ese momento fue porque después de aquella confesión, de todo lo que habían vivido juntos y conociendo el tipo de relación que el pelinegro quería tener, esas palabras eran todo lo que Jungkook necesitaba oír. Sin embargo, por alguna razón, no resultó como esperaba, lloró incluso en sus brazos, pero no recordaba Jungkook respondiendo a su confesión. En algún momento se quedó dormido en el auto designado para Jungkook esa noche y, por lo visto, en vez de llevarlo a su casa, lo llevó a la mansión.

Ese tipo de cosas era lo que mantenía su atención en Jungkook sin llegar a aburrirse por completo porque no terminaba de descifrarlo. Siempre había una sorpresa.

Con una sonrisa en sus labios, revisó su teléfono, había un mensaje de Jungkook en donde este le auguraba que amaneciera bien. También tenía un mensaje de Jimin que mostraba preocupación por su estado y otro de Hoseok, pensó en responderle, pero ignoró deliberadamente al pelirrojo. Una cosa es que fuera su amigo y otra que se sintiera con derecho de reprocharle cualquier cosa con aires de persona perfecta. Había un límite para todo.

Tomando su cepillo de dientes en una mano, le respondió también a Jungkook y, una vez listo, se dignó a bajar a desayunar – a comer en realidad si se guiaba por la hora. Para su sorpresa, se encontró a Yoongi tomando un café en la cocina, lo que significaba que Seokjin estaba en la casa. No lo veía a él o a su esposo por ningún sitio, por lo que adivinar que se encontraban encerrados en el estudio no fue difícil.

— ¿Desea que le prepare algo, señor Kim? — El nombrado miró a la señora Hwa, esta seguía tratándolo de usted y manteniendo las distancias por mucho que quiso acercarse a ella en el pasado.

— ¿Ya Dongun comió algo? — Preguntó entrando finalmente a la cocina. — Hola, Yoongi.

— Hola, Taehyung. — Le saludó de regreso.

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