Capítulo 44

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Abrir los ojos al despertar y verlo acostado a su lado le hizo sonreír, imposible evitarlo. Por alguna razón, sintió en lo más profundo de su ser que sería un buen día después de otra batalla ganada. Ahí junto a él se encontraba un premio que después de todo el esfuerzo implementado disfrutaría grandemente. El hombre que por un largo tiempo, larguísimo a decir verdad, estaba con él y hoy, eso era todo lo que importaba.

Sin poderlo evitar sonrió ampliamente en su lugar, por eso se dejó caer hacia atrás nuevamente, despertando sin querer a Jungkook. Volteándose hacia él, le mostró su más amplia sonrisa, le parecía gracioso ver ese rostro arrugado por las muecas, adormilado y confundido por toda la energía que desprendía el contrario.

— ¿Buenos días? — Preguntó volteándose hacia el otro lado para cerrar los ojos, sorprendiéndose una vez más cuando su espalda fue mordida con fuerza. — ¡Mierda, Taehyung! — Se levantó de un brinco, viendo la sonrisa que reinaba en su rostro. Las sábanas desaparecieron, un Taehyung completamente desnudo que acariciaba su propio miembro. — ¿Qué demonios haces?

— Dándote los buenos días, te hubiese despertado con una mamada o con mi lengua perdida en ese culo precioso, pero como no me has dado autorización para aplicar la somnofilia, tuve que despertarte. No me excita verte dormir, pero sí imaginar tu despertar al punto del orgasmo producido por mí. — Se dejó caer en la cama viendo la mueca de Jungkook convertirse en una sonrisa mientras lo comenzaba a desnudar. — Ayer solo yo me vine y de una manera tan exquisita que hasta hoy dormí. Debería recompensarte.

— No tienes que hacerlo... — Atrayendo al mayor para abrazarlo permaneció observándolo en silencio, dándose cuenta de que ahora estaba entrando a un juego despreciable. — Podemos desayunar tranquilos y luego irnos al trabajo ya por separados.— Él era nuevamente un hombre libre a pesar de no haberlo querido, ya no tenía a nadie en su vida que le atrajese, al menos por el momento. Taehyung seguía siendo el esposo de su padre y esto era lo que más lo mortificaba, no obstante la cercanía del peligris, sus avances y un gusto que él sabía estaba presente, esa atracción que ambos sentían no era fácil de eliminar. Además...

— Pero sinceramente, me gustaría hacerlo aunque no tenga que. — Mencionó interrumpiendo los pensamientos de Jungkook, inclinándose para besarlo. — No me huyas, hemos tenido cosas peores en la boca, si hay aliento mañanero, no creo que este deba ser un impedimento.

— Una basurita traviesa, pero también sucia.

— Jungkook, has tenido tu lengua en el fondo de mi culo, ¿es en serio? — El menor cerró los ojos negando, riéndose frente al contrario que se le unió en la risa mientras se dejaba abrazar y besar. — Deseo mucho que me vuelvas a dejar entrar en ti.

— No quieras correr antes de andar, sigues sin haberte ganado eso. — Mencionó dándole un último beso para levantarse al baño, ignorando la mueca en el rostro de Taehyung. — Los dos tenemos muchas cosas que hacer hoy, tengo una reunión a la que no puedo dejar de asistir. Lo siento, pero ya hemos tenido suficiente diversión por ahora.

— No eres divertido, eres muy aburrido. — Se quejó el mayor frente a sus palabras, lanzándose a otro beso que Jungkook no le negó, arrastrándole hasta el baño con una sonrisa pícara cuando abrió la ducha para los dos. — Estás demasiado tenso, además mis clavículas todavía no han recibido su rutina para la piel el día de hoy. Quiero que a partir de ahora sean bien tratadas.

Jungkook negó divertido, maldiciendo cuando vio al peligris arrodillarse frente a él. Taehyung estaba consciente de su poder, sabía usar a su favor mejor que nadie las ventajas que tenía sobre otros y no era un secreto la debilidad que el menor tenía ante sus clavículas. Todos disfrutaban de una buena mamada matutina, nada mejor que ir al trabajo con el estómago lleno y sus testículos vacíos.

INFAMOUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora