13.

1.9K 138 21
                                    

Capítulo 13. Cuando las cosas se rompen, no es el hecho de que se rompan lo que impide que vuelvan a repararse. Es porque pequeñas piezas se han perdido, los extremos ya no pueden encajar otra vez aunque quisieran hacerlo, toda la forma ha cambiado.

Me quede completamente helada y con los ojos profundamente entrelazados con los de él, yo parecía una de esas pequeñas estatuillas que exhiben en algún museo de arte contemporáneo, mientras que en su lugar, Dylan era la imitación perfecta de una persona que no podía lograr creer lo que estaba sucediendo. Supongo que en esos precisos instantes había tantas cosas que me habría gustado decirle y aclarar, pero que por un motivo u otro, no lograban salir de mi boca, así cómo si algo impidiera mencionarlas. Aunque me imagino, que eso era lo mejor, no atreverme a seguir destrozando un corazón. Un corazón que en algún momento había llegado a querer.

- Katherine, por favor háblame, porque me siento hecho pedazos. -Susurró y luego bajó la mirada-

-Hice una pequeña pausa y luego proseguí, dando un resoplido- De pequeña, compré una muñeca de porcelana. -Él volvió a mirarme fijamente- La amaba mucho, pero un día, lamentablemente se rompió y me esmeré en buscar rápidamente todas las pequeñas piezas que se habían extraviado, pero no logré recuperarlas todas, fue ahí cuando verdaderamente comprendí que hay cosas que no pueden encajar otra vez cómo yo quisiera que pasará.

- ¿Hay alguien más en mi lugar cierto? ¿A eso te refieres con qué hay cosas que no pueden encajar cómo quisieras que sucediera? -preguntó atento- 

- Creo que una de las mejores cosas en la vida es no aferrarte a las mentiras, y me parece injusto no serte sincera, así que, es preferible aclararte todo de una vez. 

- Bien, te escucho. -Dejó caer una lágrima más, pero luego, él la apartó bruscamente- 

- Yo, yo ya no te quiero... Te lo dije y te lo vuelvo a repetir Dylan. Me enamoré de otra persona más, y lo he estado pensando y reflexionando por muchos días, lo mejor será separarnos, no es justo estar contigo y ni que tú lo estés conmigo cuando en el fondo ya no hay nada entre los dos, espero que respetes mi decisión, porque no ha sido nada fácil tomarla, ya que sabía que muy en el fondo, eligiera a quién eligiera alguno de los dos saldría lastimado.

- Pero, yo aún te quiero ¿sabes? siento esa horrible sensación de cómo me estás apartando, y me duele, me mata por dentro saber que la persona que pensé que sería mi futura esposa y madre de mis hijos, ya no me ama más. 

- Lo siento. -No podía seguir viéndolo a los ojos, me hacía sentir la mujer más desdichada del universo-

- No me digas "lo siento" con la misma cara que te atreviste a decir "yo jamás sería capaz de hacerte eso"

- Es que no logró encontrar palabras que me justifiquen, tienes razón, yo debí haberte dicho toda la verdad desde un principio para que no te siguieras aferrando a mí, pero luego supuse que mostrándote  mí gran indiferencia, lograría cambiar las cosas. 

- Noté que siempre me tratabas de apartar, pero cómo nunca me decías nada al respecto, caí en la cuenta de que las cosas estaban bien, pero fui un maldito estúpido en no percatarme de que en todo este tiempo, no era más que un puto estorbo para ti, para tu vida.

- No pongas palabras en mi boca Dylan, jamás dije que eso significarás para mí.

- ¿Ah no? ¿Entonces ahora que soy? ¿Tú amigo con derecho? ¡DIME DE UNA VEZ QUE SOY PARA TI KATHERINE!

Ambos nos quedamos callados y luego él prosiguió:

- Mírate, ni siquiera puedes responder a eso.

-Una lágrima se deslizó por mi mejilla-

- Debo de irme. Por lo visto no hay nada más que decir.

-Ante esto, no supe que contestar, así que sólo me encogí de hombros y esperé a recibir tal resignación de su parte- No lo creo. -Dije finalmente- 

- Muy bien, esperaba que así lo fuera, ahora entiendo que jamás te importo de verdad lo que teníamos, y te admiro, en verdad, admiro la maravillosa cualidad que tienes para hacerme sentir una mierda en tan sólo un par de segundos. 

- Dylan, por favor. No.

- Dijiste que no lo harías, me prometiste que no serías cómo el resto, pero bueno la gente dice muchas cosas. -Y se fue, sin más-

En cuánto se apartó mi casa, inmediatamente me deje caer al suelo y comencé a llorar como una chiquilla, cómo una niñata de tan sólo cuatro años a la que se le rompe su muñeca de porcelana y no logra encontrar esas piezas, me sentí la persona más desdichada e infeliz, quería a Dylan, pero desgraciadamente, no de la forma en la que él se merecía.

Sentí los brazos de alguien tratando de ayudarme a levantar, pero no me fije exactamente quién era, no me importaba, no me interesaba.

- ¡Kat, kat! ¿Qué pasa hermanita? ¿Por qué lloras? -era la voz de Dominic, perfectamente la logré reconocer al instante-

- ¡Déjame sola! 

- Sabes que aunque me lo supliques, no lo haré, tú estás mal y podrías cometer una locura en estos momentos. 

No estaba para contarle toda la historia, pero me armé de valor y por fin, logré hacerlo, aunque las lágrimas seguían escurriendo por mi mejilla, sentí que era la mejor manera de desahogarme. Más aún, que era lo que más necesitaba. Cuando finalmente concluí con todo los acontecimientos, Dominic me miró algo sorprendido y luego concluyó.

- Espera, entonces ¿Thomas está aquí?

- Sí, ya te lo he dicho. Él y Louis.

- ¿Y tú...qué piensas hacer ante eso?

- No lo sé, ¿sabes? es una pregunta complicada de responder. -Miré hacia mis zapatos- Pero por ahora, estoy siguiendo a mi corazón, y ese lugar está con Thomas y no con alguien más, de eso estoy segura.

Waiting for you | Thomas SangsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora