22.

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Capítulo 22. Quiero ser el atardecer que te haga reflexionar sobre tu vida.

- ¡ESTOY ENFERMA DEL ESTÓMAGO! 

Fue la oración que había logrado soltar tan repentinamente al ver su reacción. Si bien, era un completo martirio estar esperanzada a qué la prueba diera un resultado negativo, pero entonces yo estaría metiéndome una idea absurda a la cabeza, una completa farsa.

- ¿Entonces aún no se lo has dicho? -preguntó mi amiga Shelby, desde que había tomado el puesto en el parque acuático, ella había servido de gran ayuda y en ocasiones, tenía la confianza de contarle algunas cosas- 

- Es que no puede ser posible. -Contesté sollozando- Tengo un futuro por delante, aún hay cosas que me gustaría resolver, dudas que aclarar. 

- Oh, lo siento tanto cariño. -Me envolvió entre sus brazos- A veces tenemos que hacer frente a las situaciones por las que atravesamos. 

- Pero todavía no estoy preparada para ser mamá. ¿Te lo imaginas? Ni siquiera puedo ordenar mi PROPIA VIDA. 

- ¿Acaso ya te hiciste la prueba? 

- ¡NO! Bueno, sí. ARG. -Mis ojos se comenzaron a humedecer nuevamente- Es que, antes de venir aquí pasé por una farmacia y compré una, entonces...

- Tranquila, estoy aquí para ayudarte. -Dijo para que pudiera sentirme un poco más apacible- 

- Regresé a mi casa y cuando traté de hacerme responsable respecto al resultado que diera, automáticamente me negué a verlo. Tenía tanto miedo de que resultará positivo. Así que me deshice de él y ahora sigo con la incertidumbre. 

- Bueno, no te estreses, de todas formas no podrías cambiar nada si el resultado diera positivo, lo hecho, hecho está. 

- ¿Entonces que se supone que debería hacer ahora? 

- Iré hoy mismo a comprar la prueba de embarazo, mientras tanto tú te encargarás de cubrirme. ¿De acuerdo?

Shelby dio unos cuántos pasos hacia la puerta y antes de que saliera, se volvió nuevamente hacia mí con una sonrisa radiante.

- No te preocupes. Voy ahora y vuelvo lo más pronto que canta un gallo. 

Podía asegurar de que estaba a punto de echarme a llorar como una chiquilla, deseaba tanto que las cosas en ese instante fueran diferentes, tal vez si yo no me hubiera apresurado demasiado en cometer el grave error, esto no estaría pasando. No podía traer a un bebé a la vida cuando sabía que Thomas podía salir de ella cada vez que él quisiera, cada vez que le ganaban sus inseguridades y sus miedos. Era más que obvio que él tampoco se podría hacer responsable. 

Recargué mi codo sobre la mesa de cristal del aparador cuando visualice la cabeza del tipo del otro día asomarse por la puerta. ¡Lo que faltaba! Maldita sea. 

- Hola. -Habló sonriente- 

- Ay, no. -Rodeé los ojos- ¿Qué haces tu aquí? De verdad que a mi me lanzan las peores maldiciones siempre.

- Disculpa por ser una de esas "maldiciones". Sólo pasaba para recoger mis cosas, ya sabes, por tu culpa me despidieron. Y ahora tú tomaste mi lugar. -Dijo vanidoso-

- No te atrevas a decir que fue por MI CULPA, tú muy bien sabes lo que hiciste. 

- No dije ninguna mentira. -Examinó mi cuerpo con detenimiento- ¿O sí?

- No puede ser. -Hablé con un tono molesto- Mira, has lo que tengas que hacer y después me haces el grandísimo favor de retirarte antes de que...

- ¿Tu novio venga y me golpeé otra vez? -Río sarcástico- Por favor. Ahora no hay guardias de seguridad que impidan que le devuelva el moretón que me dejo aquí. -Señaló alado de su ojo-

- Mira, voy a pretender que tú no estás aquí y seguiré haciendo cosas más importantes que estar hablando contigo.

En ese instante, se adentró al diminuto cuarto en dónde los empleados guardaban sus pertenencias cuando volvió a hablarme.

- Por cierto, no había tenido la oportunidad de presentarme... Soy Aaron. 

- Ah. 

- Si que eres una de esas chicas pesadas ¿no es así? -mostró un ligero gesto- 

- Se nota lo poco que me conoces

- Bueno, entonces demuéstrame que no eres así y dime como te llamas, sería lo más cordial ¿no crees? -bajó con fuerza una caja del mueble marrón en dónde marcaba su nombre- 

- Katherine. 

- Es un gusto. Eres muy bonita, Katherine. -Dijo cuando ya había tomado la caja y se había acercado lo suficiente para sentir su respiración-

Entonces, Shelby apareció unos segundos después un tanto enfadada debido al gran tráfico. Finalmente extendió una bolsa de plástico en mi dirección y me asintió con la cabeza.

- ¿Qué es eso? -Preguntó Aaron, sorprendido- 

- No es de tu incumbencia, bobo. -Le ordenó que se fuera- 

- Entonces le diré a papá que te despidieron del trabajo. 

- ¿Cómo? ¿Ustedes ya se conocen? -Interrumpí-

- Eso es una mentira Aaron.

- Podría convertirse en una posibilidad cuando le diga a tú jefe que saliste del trabajo para traer unas cosas. 

- Está bien, está bien. Admito que Katherine y yo teníamos mucha hambre que decidimos encargar una pizza y yo fui por ella. ¿Bien?

- Ah. Bien, será mejor que me vaya... adiós, Katy. -Me guiñó el ojo y después salió por la puerta- 

- Disculpa al estúpido de mi hermano, es un, bueno... no existen las palabras exactas para describir lo imbécil que se comporta para quedar bien con las chicas.

- Vaya. 

- ¿Qué?

- Nada, es que nunca imaginé que él sería tu hermano.

- Bueno, ya basta. ¡ENTRA A ESE BAÑO Y REALIZA LA PRUEBA AHORA MISMO! -Dijo mientras me empujaba por la espalda y me dirigía hacia ahí-

Rogaba porque la prueba fuera negativa y anhelaba con que marcará una rayita. Sólo de esa forma sabría que sería completamente libre. 

Llevé mis manos hacia el vientre y me miré en el espejo, esperando el resultado.

- ¿Katherine? -Hablaba Shelby con angustia mientras pegaba con sus puños hacia la puerta-

Salí del cuarto de baño con la vista hacia la prueba, ahora ya tenía una respuesta que ni siquiera el Dios Zeus podría cambiar.

- Dio positivo. 

Miré a Shelby y rápidamente caí en la cuenta de que no solamente ella se encontraba impresionada, Thomas estaba detrás suyo.

- ¿Que dio positivo?





Waiting for you | Thomas SangsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora