10.

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Capítulo 10. Le conté al cielo lo mucho que te extraño y también comenzó a llorar.

Tenía mi vista fija hacia el vidrio, mientras contemplaba detenidamente la lluvia que poco a poco caía, era un día muy lúgubre, y no sólo para mí, también para el cielo. Después de unos segundos noté varias veces que Dominic me miraba de reojo y luego hacia una cara de lástima, todos se podían dar cuenta de que estaba hecha pedazos por dentro, sólo que nadie nunca me lo preguntaba.

En cuánto escuché el auto estacionarse enfrente de mí casa, salí y corrí rápidamente, me encerré en mi habitación, me eché a la cama, con una mirada pérdida hacia el techo, lo recordé y entonces fue ahí cuando me pregunté:

- ¿Me extrañarás?

Era bastante claro que no se lo podía contar a nadie, ni siquiera a mi madre, porque nadie lograría entender. Sentí como mis mejillas volvían a humedecerse. No podía olvidarlo todo y seguir adelante, no era tan simple. Luego comencé a pensar y a cuestionarme muchas cosas; yo no quería que Thomas se convirtiera en un recuerdo más, yo anhelaba que él siguiera formando parte de mí, de mí vida. 

(...)

Y otra vez, me había quedado dormida con lágrimas en los ojos, al menos eso estaba bien, porque era como fingir no existir por un ratito y así olvidarme de las cosas que me afectaban todo el tiempo. 

- Kat. -Dijo mi padre acariciando mi cabello cuidadosamente- Vino a visitarte Dylan, está emocionado, tiene muchas ganas de verte. 

- No quiero ver a nadie por ahora. -Mi respuesta fue seca y cortante-

- Él sabe que estás aquí, no puedo decirle que se vaya, eso sería muy descortés, Katherine.

- Está bien papá, dile que en cinco minutos bajo. -Me resigné y luego él se marchó- 

Después de unos pequeños instantes, me paré y comencé a cepillar mi cabello sedoso, todavía se notaba que mis ojos habían llorado debido a que se encontraban completamente hinchados y algo rojos. Pero decidí no tomarle demasiada importancia a eso, puesto que hoy mismo hablaría con la verdad, no podía seguir ocultándole algo tan importante a Dylan, él no lo merecía. 

Bajé las escaleras y ahí se encontraba él, seguía siendo el mismo de siempre, aunque pude percibir que se había cortado un poco el cabello, pero seguía siendo Dylan, él chico que me amaba tanto, y yo seguía siendo Katherine, la chica que ya no lo amaba más. 

- Hola. -Sonrío alegre- ¡Te extrañe tanto preciosa! -Se acercó para abrazarme- 

- Hola. -Le devolví la sonrisa, pero me aparté rápidamente de aquel abrazo tan incómodo-

- Antes de que digas algo, quiero que sepas que fui un estúpido, no debí haberte dicho eso de Thomas, me puse súper celoso, y creo que en esos momentos esa fue mi única reacción, es que... -desvió la mirada- Yo te extrañaba tanto Katherine.

- No importa Dylan, eso ya quedo en el pasado. No es algo que signifique mucho, en verdad. 

- Bien, me alegro de que no haya más mal entendidos entre los dos. -Se acercó más y más, y luego me robó un beso, fue bastante desprevenido, pero la verdad es que no podía sentir nada, después imaginé el de Thomas y concluí que había sido muy distinto en todos los aspectos posibles- 

- Dylan. -Traté de zafarme- Es que, yo necesito... -Fui interrumpida por sus palabras-

- No digas nada hermosa, quiero que pasemos el resto del día juntos. ¿Te parece bien? aún nos quedan tres días de vacaciones y deseo que sean inolvidables contigo.

Asentí con la cabeza y luego Dylan me tomó de la mano, me sentía sumamente confundida, asustada, triste, preocupada y un sin fin de cosas más, aún guardaba el sentimiento de culpabilidad por lo que había hecho en la ausencia de mi novio, las cosas ya no eran las mismas, no podía sentirme atraída por él, era claro que ya no lo amaba. Y por más que intentaba sentir algo, por muy pequeño que fuera, nada lograba salir, ni siquiera las típicas "maripositas". 

Me sorprendí por lo rápido que Thomas me había hecho olvidar a Dylan, pero tenía que seguir intentando, no era justo terminar con él, porque era claro que no lo meritaba, además presentí que en estos instantes lo único que mi corazón sentía era mucha confusión, tal vez eso provocó que me enamorará de Thomas, porque en sí solamente extrañaba el recuerdo de mi novio y lo necesitaba cerca. 

Nos dirigimos hacia un restaurante y mientras Dylan me contaba como habían sido sus vacaciones, yo seguía con mi mente en otra parte, tratando de llegar a una solución, ya no quería pensar en Thomas, su recuerdo me estaba matando, y era lo peor, por qué no podíamos estar juntos, me había prometido no ilusionarme con él y lamentablemente, fallé mi promesa. Sentí un vacío cada vez que lo evocaba, pero no podía hacer nada al respecto. 

- ¡Thomas! ¡Thomas! -Escuché a una muchacha gritar ese nombre desde la mesa del otro lado y me paré rápidamente dirigiendo mi vista hacia aquel lugar- 

- ¿Qué te pasa Katherine? Estás actuando muy rara. 

- Espérame aquí. -Le dije a Dylan y luego me aparté de nuestra mesa-

Entonces lo vi de espaldas, estaba ahí, estaba segura, era él, era mi Thomas. Salí corriendo y le gritaba en voz alta, pero él no se volvía, cuando estuve lo suficientemente cerca lo hice girar y quedamos con la mirada entrelazada.

Pero no, no era Thomas, estaba bastante claro de que no era él. Y yo me sentí avergonzada por qué no lo podía soportar.

- Lo siento, te he confundido con alguien más. -Dije al chico que se había quedado sumamente asustado al ver mi reacción de una completa desquiciada-

¿Qué me estoy haciendo? me pregunté a mi misma entre mis pensamientos, y luego me fui corriendo hacia el baño mientras me echaba a llorar. Me golpeé varias veces con los pequeños puños de mis muñecas y gritaba, necesitaba sacar todo el dolor que me invadía y se apoderaba de mí con tanta facilidad.

- Thomas. Necesito olvidarte o voy a enloquecer. Perdóname, no podemos estar juntos, jamás podremos estarlo.

Waiting for you | Thomas SangsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora