Capítulo 10: Soy un cagón.

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Narra Taylor:

Tocó el timbre para irnos a casa y salí afuera encontrándome con Francisco.

Subimos al auto y el solo conducía.

Yo pensaba y pensaba. Por ejemplo en como las cosas habian cambiado.

En principal, no hablaba con Chris, definitivamente eso me ponia mal. Lo entiendo, el me confeso su amor y yo herí brutalmente sus sentimientos, no queriendo, pero tuve que hacerlo. Mi sinceridad pura me hizo el favor.

Ahora con respecto a Michael. Todo cambió desde el miercoles que estuve en su casa y habia sucedido aquello con su madre. Nunca tuvimos un relacion amistosa, es más, siempre pensé en que Michael me queria violar o algo parecido y nada, entonces lo mantenia alejado. Pero ahora es diferente, quitando el orgullo y muchas cosas, le tomé aprecio.

Solamente un poco de aprecio.

Demasiado.

¿Sigues aquí?

Volví a casa de mi padre con Francisco y no hablamos en todo el viaje.

- ¿Que sucede?- frunció el ceño.

- ¿Porque?-pregunté extrañada.

- si vieras tu rostro lo sabrias y demás estaria decir que te espantarias-bromeo - Ni yo que amo observarte puedo hacerlo con ese gesto que tienes.

Reí- Nada, solo estoy un poco estresada por el colegio.

- Mmm, no me convence- Se dió cuenta- No te molesto.

- No, tranquilo-sonreí.

-Cambiemos de tema.. Me soprendio ver a Chris, no sabia que se habia cambiado a este colegio.

- Si- agaché la cabeza- Despues de un tiempo vino aquí, pero nunca me habia dado cuenta que estaba en el mismo que yo. Hace poco lo supe y comenzamos a hablar.

- Es lindo, me hace recordar los tiempos del instituto.

- Cierto- sonreí.

Llegamos y el dijo que tenia que irse a ni me acuerdo donde era.

- Tay, te veré en un rato-se acercó para besarme y yo lo esquive.

Agacho la cabeza y cerró los ojos.

- Perdon, es que..

- Con calma, entiendo- cambió direccion y besó mi mejilla volteandose a su auto.

¡Bien, Taylor! estas haciendo las cosas bien si que te las dijera.

Dije que te calles.

Entré a casa y me encontré con mi padre.

- Me asustaste, cariño- se exalto- No pensé que vendrias hoy tambien.

- Perdon- reí- Vengo porque me tocan tres dias contigo.

-¡Ay!- ríe el- Lo habia olvidado por completo.

- No sería quien para juzgarte-dejé mis cosas en el sillon y fuí a la cocina a intentar merendar. Me gruñia el estómago pero no queria comer nada.

- Cariño, ya tengo que salir. -agregó mi padre.

- ¿El restaurante te llama?

- Si-rió.- Adios, cariño. Te veo luego.

Cerré la puerta y fuí a terminar mi tarea de geografía pero un mensaje a mi celular me interrumpia.

Parece que Edith me necesita.

Déjame... ¡PROSTITUTO! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora