Capítulo 38: ¿Un secuestrador, asesino, ladrón y violador de ositos de peluche?

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P.O.V Michael:

He vuelto a la fiesta. Súper obvio que no tenía tantas ganas de hacerlo y mande a freír churros a todos.

Súper rudo. Uf.

Cuando llego, noto que Rachel llegó.

¿Acaso me ha avisado que vendría?

-Ey-le toco el brazo.

-Bebe-me sonríe y salta encima.

-¿Y tu quehacer?

-Lo terminé, necesitaba divertirme, aparte pensé en ti y dije: Mi bebé debe estar aburriéndose taaaanto allí. Mejor voy y le animo la fiesta.

-Claro, gracias por venir, no hacia falta.

-¿Qué pasa, chiqui? -me besa.

-Nada-reí-Quiero que hablemos.

-¿Hablar?

-Si, es algo que necesito hablarlo ahora y ya.

-Dime. -se puso seria y quedó mirándome.

Si quiero hacer las cosas bien con Taylor, empiezo por esto.

El primer obstáculo, Rachel.

-Dime-repite.

-Quiero terminar.

-¿Qué? -rió-¿Por qué? ¿no te gusta como actúo?, juro que cambiaré.

-No te atajes-la calmo-Es que ya no funciona, ambos lo sabemos, esto no va bien.

-¿Por qué?, yo me siento super atraída a ti, te quiero con mi alma, es lindo lo que tenemos.

-Pero necesito estar bien yo. Estoy siendo egoísta conmigo.

-Pero, ¿si tomas tiempo? -insistía.

-¿tiempo para después volver con alguien que no quiero?

-¿No me quieres?

-Ya no. -agaché la cabeza.

-Pero, probemos con el tiempo, quizás sea que pasamos todo momento juntos y quizás al estar lejos unos días me extrañes y...

-No lo creo-la interrumpí-No insistas, ya no puedo.

-¿Por qué me haces esto? -y comienza el llanto. -Eres super injusto conmigo, siempre lo eres. Seguro hay otra.

-Uf-reí-Ya no, enserio.

-Eres super injusto, siempre di todo por la relación.

-¡Deja de mentir!, me engañas con Brandon y con medio mundo.

-No, yo, ¿Cómo dices eso?

-Ya déjame, hemos terminado, no sigas.

-¡No puedes terminar conmigo!, menos hoy.

-Si puedo-asentí con la cabeza-Lo estoy haciendo. Lo hice.

-¿Sabes algo? -se cruzó de brazos-No me importa, tienes razón, te engañe con tantos, pero es tu culpa, andabas preocupado por otras que por mí. Siéntete culpable.

-No lo haré-reí-Odiaría faltarte el respeto pero, eres una zorra y todos lo sabemos- sonreí y entré a la casa.

-¡Tu nunca me quisiste! -gritó-Por eso merecías todo lo que te hice, ¡YO SOLO ESPERABA QUE ME AMARAS!.

-Lo siento.

Ya llegó la culpa.

Me alejé y me senté en el sillón.

Déjame... ¡PROSTITUTO! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora