P.O.V Michael:
He vuelto a la fiesta. Súper obvio que no tenía tantas ganas de hacerlo y mande a freír churros a todos.
Súper rudo. Uf.
Cuando llego, noto que Rachel llegó.
¿Acaso me ha avisado que vendría?
-Ey-le toco el brazo.
-Bebe-me sonríe y salta encima.
-¿Y tu quehacer?
-Lo terminé, necesitaba divertirme, aparte pensé en ti y dije: Mi bebé debe estar aburriéndose taaaanto allí. Mejor voy y le animo la fiesta.
-Claro, gracias por venir, no hacia falta.
-¿Qué pasa, chiqui? -me besa.
-Nada-reí-Quiero que hablemos.
-¿Hablar?
-Si, es algo que necesito hablarlo ahora y ya.
-Dime. -se puso seria y quedó mirándome.
Si quiero hacer las cosas bien con Taylor, empiezo por esto.
El primer obstáculo, Rachel.
-Dime-repite.
-Quiero terminar.
-¿Qué? -rió-¿Por qué? ¿no te gusta como actúo?, juro que cambiaré.
-No te atajes-la calmo-Es que ya no funciona, ambos lo sabemos, esto no va bien.
-¿Por qué?, yo me siento super atraída a ti, te quiero con mi alma, es lindo lo que tenemos.
-Pero necesito estar bien yo. Estoy siendo egoísta conmigo.
-Pero, ¿si tomas tiempo? -insistía.
-¿tiempo para después volver con alguien que no quiero?
-¿No me quieres?
-Ya no. -agaché la cabeza.
-Pero, probemos con el tiempo, quizás sea que pasamos todo momento juntos y quizás al estar lejos unos días me extrañes y...
-No lo creo-la interrumpí-No insistas, ya no puedo.
-¿Por qué me haces esto? -y comienza el llanto. -Eres super injusto conmigo, siempre lo eres. Seguro hay otra.
-Uf-reí-Ya no, enserio.
-Eres super injusto, siempre di todo por la relación.
-¡Deja de mentir!, me engañas con Brandon y con medio mundo.
-No, yo, ¿Cómo dices eso?
-Ya déjame, hemos terminado, no sigas.
-¡No puedes terminar conmigo!, menos hoy.
-Si puedo-asentí con la cabeza-Lo estoy haciendo. Lo hice.
-¿Sabes algo? -se cruzó de brazos-No me importa, tienes razón, te engañe con tantos, pero es tu culpa, andabas preocupado por otras que por mí. Siéntete culpable.
-No lo haré-reí-Odiaría faltarte el respeto pero, eres una zorra y todos lo sabemos- sonreí y entré a la casa.
-¡Tu nunca me quisiste! -gritó-Por eso merecías todo lo que te hice, ¡YO SOLO ESPERABA QUE ME AMARAS!.
-Lo siento.
Ya llegó la culpa.
Me alejé y me senté en el sillón.
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Déjame... ¡PROSTITUTO! ©
Teen Fiction"Aléjate de mi, entregado" dije, y así es como doy comienzo a esta historia. Michael Jonas, el idiota, pero también muy popular chico del colegio, y yo, la nada interesante Taylor Cámeron.