Hermoso domingo en la mañana.
Hoy mi querido padre estaría esperandome en el cine para vr una película. Pero también le habia prometido a mi madre salir a ver una.
Oh, toda una picarona.
Estaba claro lo que intentaba hacer.
Salimos y nos subimos al auto dirigiendonos allí.
Al llegar veo a un hombrecito de campera de jean parado del otro lado. ¿Quien mas se vestiria así aparte de papá?
Bajamos y ella me mira y frunce el ceño.
— ¿Ese es tu padre?— pregunta dudosa.
— Si— sonreí.
— Oh, seguramente esta acompañado.
Rasca su menton y sujeto el brazo de mi padre.
— Hija— sonríe. Mira a mi madre y frunce el ceño— María.
— Hola, Sergio— ella lo saluda.
— Bueno, Hija— agrega ella— Se nos hará tarde para la película.
Mi padre me mira y alza una ceja.
Oops, me descubrió.
— ¿Iran a ver una película?—Paso uno: no me delata— Bien. Yo las dejo, haré algunas cosas en casa.
— Si.— sonreí y veo como se aleja.
Sujeto su brazo y muevo las cejas.
— Pa, ¿quieres acompañarnos?— miro a mi madre. Ella tenia un gesto a la indiferecia.
Odio eso.
— No. Esta bien— intenta alejarse otra vez.
— Insisto— sonrei— A mamá no le molesta.
Ella voltea y me mira con una ceja alzada.
Yo lo sujeto del brazo y lo acerco de nuevo.
Estaré en problemas luego pero esto vale la pena.
La miro seria a mi madre y ella sonríe.
— Si quieres puedes— ella señala atras.
Sabía que pasaría eso.
La miré sonriente y el asiente con la cabeza.
Entramos lo tres y sentía la pequeña tención así que me puse a hablar.
No habia tema de conversacion así que les conté que Chris se iría mañana.
Tambien les mencioné que faltaría a clases para oder despedirme y no estuvieron tan de acuerdo y eso fue facinante.
Claramente no la parte en la que no les parece bueno que faltara a clases y no me dejaran hacerlo. La parte en la que coinciden. Nunca se ponían de acuerdo. Habia descoordinacion.
— Pero puedes hacerlo— agrega mi madre— Es Chris.
La miro y sonrío. Dos pajaros de un tiro.
Decidimos cual veríamos y mi padre insistió en comprar las entradas.
Yo le dije que lo acompañaría y que mamá vaya por pochoclos.
Ahí llega el reto.
— ¿Como pudiste?— hicimos la fila.
— Supe que para ahorrar un desastre no me delatarías y solo te irías. Entonces te insistí para que te quedaras porque esta claro que no te resisitrías a mi dulce rostro tal cual mamá. Estaba todo planeado.
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Déjame... ¡PROSTITUTO! ©
Roman pour Adolescents"Aléjate de mi, entregado" dije, y así es como doy comienzo a esta historia. Michael Jonas, el idiota, pero también muy popular chico del colegio, y yo, la nada interesante Taylor Cámeron.