Capítulo 14: Salidas y despedidas.

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Hermoso domingo en la mañana. 

Hoy mi querido padre estaría esperandome en el cine para vr una película. Pero también le habia prometido a mi madre salir a ver una. 

Oh, toda una picarona. 

Estaba claro lo que intentaba hacer.

Salimos y nos subimos al auto  dirigiendonos allí.

Al llegar veo a un hombrecito de campera de jean parado del otro lado. ¿Quien mas se vestiria así aparte de papá?

Bajamos y ella me mira y frunce el ceño. 

— ¿Ese es tu padre?— pregunta dudosa.

— Si—  sonreí.

— Oh, seguramente esta acompañado. 

Rasca su menton y sujeto el brazo de mi padre.

— Hija—  sonríe. Mira a mi madre y frunce el ceño— María.

— Hola, Sergio— ella lo saluda.

— Bueno, Hija—  agrega ella— Se nos hará tarde para la película.

Mi padre me mira y alza una ceja. 

Oops, me descubrió. 

— ¿Iran a ver una película?—Paso uno: no me delata— Bien. Yo las dejo, haré algunas cosas en casa.

— Si.— sonreí y veo como se aleja.

Sujeto su brazo y muevo las cejas.

— Pa, ¿quieres acompañarnos?—  miro a mi madre. Ella tenia un gesto a la indiferecia. 

Odio eso. 

— No. Esta bien— intenta alejarse otra vez.

— Insisto— sonrei—  A mamá no le molesta.

Ella voltea y me mira con una ceja alzada.

Yo lo sujeto del brazo y lo acerco de nuevo.

Estaré en problemas luego pero esto vale la pena.

 La miro seria a mi madre  y ella sonríe.

— Si quieres puedes— ella señala atras.

Sabía que pasaría eso. 

La miré sonriente y el asiente con la cabeza.

Entramos lo tres y sentía la pequeña tención así que me puse a hablar. 

No habia tema de conversacion así que les conté que Chris se iría mañana. 

Tambien les mencioné que faltaría a clases para oder despedirme y no estuvieron tan de acuerdo y eso fue facinante.

Claramente no la parte en la que no les parece bueno que faltara a clases y no me dejaran hacerlo. La parte en la que coinciden. Nunca se ponían de acuerdo. Habia descoordinacion.

— Pero puedes hacerlo— agrega mi madre— Es Chris. 

La miro y sonrío. Dos pajaros de un tiro. 

Decidimos cual veríamos y mi padre insistió en comprar las entradas. 

Yo le dije que lo acompañaría y que mamá vaya por pochoclos.

Ahí llega el reto.

— ¿Como pudiste?— hicimos la fila.

— Supe que para ahorrar un desastre no me delatarías y solo te irías. Entonces te insistí para que te quedaras porque esta claro que no te resisitrías a mi dulce rostro tal cual mamá. Estaba todo planeado.

Déjame... ¡PROSTITUTO! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora