Hora de actuar.

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Capítulo 19/Adrik.

Mackenzie...

Ese nombre que me daba un cóctel de sensaciones al mismo tiempo, nombre que me hacía acordarme de una persona en específico que me encantaba. Nombre que hacía que me enojara pero que me alegrara al mismo tiempo. Nombre de la persona que cayó en mis redes y que estaba volviendo a ser mía aunque siempre lo fue y lo será. Me traía como idiota, por lo menos me lo admitía a mí mismo.

La semana había empezado y ya estábamos a miércoles, mi humor ha estado mejor que nunca en especial porque lo que Kenz dijo el viernes en ese baño sobre que no se tenía que volver a repetir lo que sucedió, paso nuevamente. El lunes en la tarde la llame a mi oficina porque necesitaba una información de unos libros que ella en especial tradujo ya que en los idiomas que los tradujo no es una lengua que todos los demás dominan solo ella y unas cuantas personas más. Y como nunca se sabe una cosa llevo a la otra y me la terminé follando sobre el mismo escritorio en el que trabajo, por suerte Anita no interrumpió el momento.

—Crees que esto va a quedar así.—le dije sonriendo mientras ella caminaba a la puerta con su ropa ya bien arreglada—ven aquí.

—Toma.—me sonrió mordiendo su labio inferior hinchado y me levanto su dedo corazón, yo solo me reí al verla cruzar la puerta.

Sonreí como tonto sentado tras mi escritorio en mi oficina y quede mirando el lugar de la gran mesa de trabajo donde puse su precioso y perfecto culo. Negué con la cabeza y me levanté hacia la reunión donde tenía que ir.

Por suerte ya no me evitaba como antes y cedía a cualquier cosa, para el resto del mundo nos veíamos como dos personas normales conversando al medio del pasillo siendo que entre nosotros sabíamos a la perfección que era lo que pasaba estando solos entre cuatro paredes.

Para el resto, compañeros de trabajo y entre nosotros... ¿amantes?, odiaba ese término la verdad, nunca me gusto pero a fin de cuentas y  según su significado era el amante de Mackenzie y eso si me gustaba. No me gustaba mucho el significado pero si me gustaba meterme en el papel y hacer lo que hace un amante, supuestamente se llevan la mejor parte a diferencia del marido y eso me hacía sentir pena por el idiota, ni siquiera pena, si no alegría al saber que yo me comía por completo a Kenz.

Aunque no solo la quería para, se podría decir que satisfacer mis deseos sexuales. La quería como antes, como cuando era a la primera persona que recurría cuando le pasaba algo, cuando me contaba sus alegrías y penas, como cuando nos partíamos de la risa por cosas tan pequeñas pero llegábamos a llorar y terminábamos con dolor de panza. Cuando se dormía en mis brazos y se aferraba tanto a mi como si su vida dependiera de aquello, acariciarle el cabello mientras dormía o estaba despierta, jugar con sus tirabuzones y abrazarla para darle calor porque tenía frio y la punta de la nariz roja y así una infinidad de cosas pequeñas que extrañaba con ella.

Por el momento solo me tenía que conformar por tenerla desnuda como yo quisiera y el tiempo que sea aunque la verdad no me quejaba, era una de las cosas que más disfrutaba con ella aunque igual extrañaba el otro lado, pero con el tiempo iba a tratar de sacar eso a flote como fuera.

El día jueves amaneció freso y frío. No tenía una estación favorita pero si me gustaban más los climas cálidos. Me levanté, me preparé y me largue a la empresa. Iba entrando al primer piso del edificio por el pasillo que dirigía al estacionamiento. Vi a Mackenzie esperando el ascensor y hablando por teléfono, apure mi paso y sin importarme empuje a todas las personas que tenía que empujar hasta llegar donde ella y sin que ella se diera cuenta quedamos los dos solos en el ascensor. Marco su piso y escuche su conversación.

—¿Tiene que ser una broma?—escuché atento—¡Jake tienes que estar bromeando!—estaba enojada—¿pero cómo estás tú?—escuchaba un murmullo desde el teléfono pero no lo escuchaba con claridad—ve ahora mismo al hospital o si no yo misma iré a buscarte... me da lo mismo si estoy trabajando o no...¿me vas a decir cómo fue?

La luz que perdimos\\luz-2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora