Capítulo 13/Mackenzie.
—¿Me llamaste?—él me quedo mirando antes de contestar.
—Sí.—respondió seco.
Sorprendentemente para mí, su vista se clavó en mi mano izquierda que estaba colgando a un lado de mi cuerpo, soltó una pequeña risa y yo no lo entendía y ya me estaba empezando a hartar.
—¿Qué?, ¿tengo un circo en la mano?
Rápidamente se acercó a mí y tomo mi muñeca izquierda haciendo que mi mano quedara entre su cara y la mía. Su cuerpo, ojos y voz mostraban que el en ese momento estaba en la furia total.
—Esto es una payasada.
—¿Un anillo?
—Un anillo de compromiso.—ya sabía el motivo de su enojo.
—¿Acaso te molesta?
—¿Qué crees tú?—soltó mi muñeca y se devolvió hasta que se apoyó en su escritorio.
—No puedo creer que estés haciendo un show.—me di vuelta para ir a la puerta e irme.
—¿Quién es?
—¿Y qué mierda te importa a ti?—me di vuelta nuevamente para mirarlo.
—Dime quien o estas despedida.—dijo con calma mientras se encogía de hombros.
—¡¿Qué?!, no puedes hacer eso.—soltó una risa amarga.
—Puedo hacer lo que quiera soy el jefe.
—Pero eso no te da derecho a ser tan hijo de puta.—ya estaba enojada.
—¡Tengo todo el derecho a ser un hijo de puta y el más grande si quiero!—se acercó nuevamente a mí—vas y te defiendes diciéndole todas esas mierdas a Miranda, luego te haces la dura y me las dices en la cara y al momento de enfrentarte, arrancas.
—¡No arranque de nada, aunque agradezco que Anita haya interrumpido el momento!
—Si claro, no arrancas de nada, por eso te escondiste como por una semana entera de mi.—carajo—¿que hubiese pasado si ese día Anita no hubiese interrumpido?—se acercó más a mí.
—Lo obvio, nos hubiésemos besado, cosa que agradezco que no sucedió.
—Si por supuesto, por eso cuando se te salió ese gemido pensabas en tu prometido.—dijo irónicamente.
—No puedes ser más cabron, Adrik.
—¿Recuerdas lo que me dijiste en el ascensor?, que no eras mi puto trapero para tratarte como cualquier cosa o que si no iba a recibir el mismo trato de tu parte. Bueno los planes cambiaron al parecer.
—¡Yo no te he tratado como cualquier cosa!
—¡Me usaste sin mi consentimiento para emputecer y dañar a Miranda y eso ya es usar a alguien como cualquier cosa, en este caso para beneficio tuyo y quedar como la que gano el trofeo!
Maldición, tenía razón.
—Ni siquiera sé porque tengo estar conversación contigo. No eres nada mío como para andar dándote explicaciones. ¡Y si quieres despídeme, si ni siquiera quería volver a verte!—como por milésima vez me di vuelta para ir hacia la puerta pero me agarraron del brazo dando la vuelta y chocando con un torso duro.
—¿De verdad piensas que hare eso, tan hijo de puta crees que soy?—mis tetas prácticamente estaban pegadas en su pecho.
—Sí.
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La luz que perdimos\\luz-2
RomanceHan pasado cinco años desde la última vez que Mackenzie y Adrik tuvieron contacto. A lo largo de los años los dos lograron crear un fuerte e imponente carácter y personalidad. Mackenzie piensa que está en los mejores años de su vida, se graduó de la...