Capítulo 48/Mackenzie
7 años.
Corrí hasta el baño más cercano, que no sabía dónde estaba exactamente, yo solo corría, mi mochila rebotaba en mi espalda pero no me importaba, apenas llegué a mi destino, doble muy mal mis papeles con mis calcificaciones y varias estrellas doradas, no me importo como quedaron, quizás en otro momento me hubiese importado pero en ese no.
Rápidamente acomode mi mochila en mi espalda y me mire en el gran espejo, acomode mis coletas que había una más abajo que la otra y me saqué una mancha de chocolate que tenía en mi mejilla y no sabía como llegó ahí.
Emocionada salí del baño y volví a correr hacia la entrada de la escuela, ahí me senté en un gran bloque de cemento y moví mis piernas que colgaban hacia adelante y atrás mientras esperaba, por primera vez papá me iba a buscar a la escuela y estaba feliz, muy feliz.
Me puse a mirar a los alumnos mayores que salían de la escuela, unos salían tomados de la mano o se iban despidiendo en el camino. Hacía frío y estaba nublado el día pero aún así la emoción y felicidad me tenía con la sangre hirviendo.
La gran marea de alumnos ya después de un rato había desaparecido y quedaba uno que otro, yo era la única que quedaba de mi curso y edad pero no me importaba. Ya después creo que pasaron horas.
Estaba todo el lugar vacío y el cielo se estaba empezando a nublar, mis piernas que estaban colgando ahora las tenía pegadas a mi cuerpo para mantenerme en calor ya que me había dado frío.
Me puse el gorro de mi chaqueta al sentir que unas gotas de agua habían empezado a caer del cielo, ya después eran goterones y de los grandes, ya estaba empapada pero aún así me quede esperando por mucho rato más.
No me emocione cuando un auto blanco se estaciono y de ahí se bajo una mujer. Porque sabía que ese no era el auto de papá.
—¡Cariño!—la mujer se acercó a mi.
Ya cuando estuvo a mi lado, ahí me di cuenta que no la conocía.
—¿Estas sola?—asentí—¿hay alguien que te pueda venir a buscar?
—Iba a venir papá.—susurre.
—Cuando vine a buscar a mi hija hace un rato, te vi. ¿Más o menos sabes en cuanto llega?
—No lo se.—negué con mi cabeza.
—¿Tienes su número?—volví a negar con mi cabeza—vamos cielo, yo te llevo. Estás toda empapada, te vas a enfermar.
Lo sobrepense, quería que papá me viniera a buscar pero tenía frío y estaba toda mojada. Yo le asentí.
—Vamos amor.—me ayudo a bajarme del bloque de cemento donde había logrado subirme y sentarme.
Me llevo hasta su auto y me sentó en el asiento de copiloto, me puso el cinturón de seguridad y ella se sentó tras el volante.
—¿Como te llamas preciosa?
—Mackenzie.—dije en voz baja.
—¿Donde vives, Mackenzie?
—En el Hunts Point.—vi de reojo cómo abrió sus ojos sorprendida y con algo de terror en ellos.
—Okey, vamos allá.—puso algo de música en la radio.
La mujer no fue capaz de entrar al barrio por completo y la entendía, así que no me dio problema que me dejara en la entrada y caminar a mi casa, no me importaba taparme de la lluvia ya que ya estaba toda mojada. Apenas entré me puse triste al ver a papá y a sus amigos viendo el partido en la tele, las cervezas y droga recorrían la sala.
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La luz que perdimos\\luz-2
RomanceHan pasado cinco años desde la última vez que Mackenzie y Adrik tuvieron contacto. A lo largo de los años los dos lograron crear un fuerte e imponente carácter y personalidad. Mackenzie piensa que está en los mejores años de su vida, se graduó de la...