No me escondo, solo estoy atenta.

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Capítulo 17/Mackenzie.

Espere impaciente a que abrieran la puerta y al abrirla las lágrimas volvieron a asomarse.

—Kenzie, ¿hija, que te sucedió?—me miro Reinalds preocupado.

Yo solo me tire a abrazarlo y me dio un abrazo caluroso y acogedor, como de un padre a una hija. Me separe de él y me limpie las pocas lágrimas que me corrieron.

—Reinalds, amor, ¿Quién?..., Kenzie, cariño.—deje a Reinalds y fui donde Mary que también me recibió con un acogedor abrazo. Nos separamos y la mire directo a los ojos.

—Soy la peor persona del mundo, mamá.

—Ay cariño.—me acaricio el cabello—no digas eso, ven vamos a conversar.

Llegamos hasta a su terraza en un gran jardín y nos sentamos alrededor de una mesa con vista a la piscina.

—Cariño, ¿que te sucedió?—la mire directo a sus ojos azules y se lo dije con sinceridad.

—Me acosté con Adrik.

Su reacción fue como la esperaba, sorpresa. Abrió demasiado los ojos y trato de calmarse y llegar a tierra.

—Pero... pero, ¿cómo?—negué con la cabeza.

—No lo sé, una cosa llego a la otra y... paso. Lo que más me duele es que le hice lo peor a Félix, no se lo merece.—la mire y me corrió una lágrima—llegue y me deje llevar por la calentura, ni pensé en mi prometido.

—Kenzie, ¿no crees que tarde o temprano iba a pasar?

—¿Qué?—la mire sorprendida.

—Que, aunque no los haya visto a los dos en persona, estoy segura de que la tensión entre ustedes es muy fuerte, desde que te volviste a reencontrar con él estas como ida y pensativa, es como si estuvieras en otro mundo, amor.

—No Mary, no, yo me voy a casa con Félix, amo a Félix, yo...

—Tú.—me interrumpió—estas con la idea de que amas y estas enamorada de Félix, le tienes cariño y lo quieres pero no estas enamorada de él porque aun...

—¡No, no, no y no!—me levanté de mi asiento y empecé a dar vuelta de un lado a otro—¡cinco años es suficiente para desenamorarme y yo ya no lo amo, no estoy enamorada de Adrik!

—Félix es una trampa para ti misma, como una bandita encima de la herida pero la única persona que la puede sanar por completo es Adrik. Félix es solo un amigo, ese es el cariño que le tienes, cariño que es muy diferente al que sientes con Adrik.

—No, Félix no es mi amigo, yo estoy enamorada de Félix, escogí enamorarme de él.

—Mi cielo, nadie elige de quien se enamora, o si no, ni el mundo, ni la vida sería como es hoy en día. Por más que te haya dañado esa persona, sigues enamorada de él.

—¡No, no, porque yo escogí enamorarme de Félix, yo me exijo a amar a Félix y así va a hacer porque yo quiero sentir eso!—me exigí.

—Kenz, aunque te obligues mentalmente a amar a Félix, tú corazón siempre va a escoger a Adrik.

—¡No, no quiero sufrir de nuevo!

—Y no lo harás, más lo vas a hacer si te casas con alguien que no amas y no te arrepientes antes.

—¿Me estás diciendo que no me case?—la quede mirando.

—Te estoy diciendo que no te cases con alguien que no amas porque ahí sí que vas a sufrir, vas a caer, casada o no en la tentación de Adrik y te aseguro que de aquí a tu matrimonio va a pasar de todo entre él y tú.

La luz que perdimos\\luz-2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora