Sierra
—¡No entiendo cómo se me pudo haber olvidado! —susurro.
—¿Los TIMOS, tal vez? —dice Jason en cuanto termina de meter los libros en su bolso—. De todas formas, Sierra, ¿cuándo has recordado con certeza el día de tu cumpleaños?
Me encojo de hombros y le sonrío. Consigo que me sonría también a mí y eso me hace sentir un poco mejor.
Entiendo su punto. Suelo confundir si mi cumpleaños es el dieciséis o diecisiete, o si es en marzo o mayo, aunque, a diferencia de Chrys, es porque tengo muchas fechas que recordar como para pensar en mí misma.
Igual que hoy, todos los años hay alguien más que lo recuerda primero que yo, como Ethan y Gina, que me felicitaron al entrar a Defensa Contra las Artes Oscuras, o Jason y mis compañeras de cuarto al salir de la sala común. Es algo que me ha pasado como mínimo tres veces desde que estoy en el colegio.
Pero a la vez, y aunque no consigo comprender qué, hay algo diferente.
—Bien, ¿qué haremos en nuestra hora libre? —pregunto en cuanto salimos del salón.
—¡Sierra! —gritan dos voces a la vez desde el pasillo—. ¡Feliz cumpleaños!
Me giro un poco sorprendida cuando Chrys y Alex llegan y me ahogan en un intento de abrazo. Aunque lo que me deja más descolocada es ese sentimiento de que estoy por decir que se equivocan, que no es mi cumpleaños.
—La asfixiáis, par de simios —reclama Gina, a lo que los tres reímos.
Veo a Verónica, Violet y Otto un poco más allá. La primera me saluda con la mano y mueve los labios felicitándome, pero sin alzar la voz.
—Los de cuarto —riñe la profesora Parkinson desde adentro del aula—, apuraos, y los de quinto, ¿qué hacéis todavía ahí afuera? ¡Le bajaré puntos a todo el que siga en el pasillo dentro de tres segundos!
Chrys parece dispuesto a esperar a ver si cumple su amenaza, pero Ethan lo empuja dentro y luego jala a Jason y Gina de las tiras de sus bolsos en dirección al paratiempo. Los sigo aún con ese extraño vacío de no saber por qué no me convenzo de que hoy es mi día.
—No cabremos los cuatro a la vez —señala Jason en cuanto llegamos frente al tapiz—, id vosotros primero, y nos vemos en el vestíbulo.
Gina no parece muy convencida, pero Ethan la hace desaparecer tras el tapiz. Los seguimos por el pasadizo vacío.
Jason tiene que hablar dos veces antes de que me dé cuenta de que lo está haciendo.
—¿Tus padres no te han felicitado? —Lo miro un poco confundida—. ¡Lo siento, no vi...!
—No lo digas —me adelanto.
Jason tiene una frase muy peculiar que dice cuando se le sale algo un poco pasado de sincero, pero siento que eso le quita un poco de autenticidad. Así es él, y así me gusta.
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Razones para ir a Hogwarts y otros porqué [VV #1]
FanfictionLa legeremancia es una rama oscura de la magia, todos lo saben. Entonces, ¿por qué Verónica Vannella puede usarla de forma innata? Después de ganarse el primer intercambio de Castelobruxo a Hogwarts en décadas, Verónica ha hecho todo lo que puede pa...