Verónica
Llevo casi dos semanas huyendo de Jason.
Casi un año escolar entero preguntándome por qué no me ha hablado del beso, y cuando sé la razón y veo que él intenta dar conmigo, lo esquivo como cobarde.
Para partirse de risa.
Tengo mis excusas, por supuesto. Estoy que me muero por los exámenes (que empecé a presentar un día después que los demás). Mi cerebro está tan agotado que, si le pongo una sola preocupación más, quizá se derrita o quizás explote (no quiero averiguarlo, muchas gracias).
Además, tengo tan revueltas las memorias que devolví, que creo que ya no tengo una idea clara de qué parte de mis recuerdos son míos y cuáles pertenecían a alguien más. Por no hablar de que ya no sé de qué me acuerdo en realidad de la noche en que Jason y yo nos besamos.
Ahora, cada vez que pienso en eso, no puedo dejar de escucharme a mí misma diciendo que no quería ese beso.
Cuando lo vi en la mente de Dante, solo podía pensar: ¡Claro que quiero ese beso! ¡Fue la bebida la que habló por mí!
Pero, mientras más lo considero, mientras más pienso en cómo actuaría yo en este momento si Jason me besara... No lo sé. No estoy pensando claramente, eso tiene que ser. Porque me sigue gustando, tanto o más que cuando me di cuenta de que me gusta.
Por eso no tiene sentido que no me atraiga besarlo.
—Haz el favor de comer —insta Violet. De nuevo, me he quedado pensando mientras miro la comida—. Si terminas rápido, te puedo ayudar a repasar la extracción de esencia de bikacroma.
Niego y me obligo a saborear el almuerzo. Esta tarde tengo el último examen, la práctica de Herbología, que todos los otros de cuarto curso presentaron el lunes de la semana pasada, pero ese día me lo pasé durmiendo.
Sí, increíblemente, dormí como veinte horas seguidas.
Muchos ya han estado libres hoy, los que no ven Cuidado de criaturas mágicas, la última materia por examinar.
Si no fuera por mi legeremancia, yo también estaría libre hoy, no veo esa materia. Tampoco es que no sea un pequeño alivio que me haya tocado Herbología de última.
Esta mañana he presentado la parte teórica, y sí que me han servido los consejos de Violet y Otto, pero ya no puedo seguir estudiando. Que sea lo que Dios quiera. Siempre y cuando no quiera que yo pierda mi plaza en Hogwarts por reprobar una materia.
Ya he vuelto a olvidar que estoy comiendo.
«Concéntrate, Verónica», me digo con más insistencia cuando mis ojos se van solos a la mesa de Hufflepuff, para mantener localizado a Jason.
Cuando al fin termino, no diviso al castaño, solo veo a Sierra en la puerta del Gran Comedor, discutiendo con Gina.
Ay, no.
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Razones para ir a Hogwarts y otros porqué [VV #1]
FanfictionLa legeremancia es una rama oscura de la magia, todos lo saben. Entonces, ¿por qué Verónica Vannella puede usarla de forma innata? Después de ganarse el primer intercambio de Castelobruxo a Hogwarts en décadas, Verónica ha hecho todo lo que puede pa...