2. Porque significa un nuevo comienzo

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Verónica

Antes de empezar a recordar que he dado mi primer beso en una fiesta a la que no me invitaron, ya estoy teniendo un día de locos

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Antes de empezar a recordar que he dado mi primer beso en una fiesta a la que no me invitaron, ya estoy teniendo un día de locos.

—Auch —gruño al sentir una especie de dong en la cabeza.

«¿Dónde estoy? —dudo por un segundo—. En casa de tía Rose», caigo en cuenta.

—Al fin te despiertas, ragazza —se alivia Regina—. No tendremos que explicarle a i miei genitori qué hicimos anoche.

—Gina —le suplico—, ya me cuesta estar despierta, que me hables en dos idiomas me sobrepasa.

—No seas pendeja.

«Oh, bueno, gracias, añade un tercero para insultarme».

—La comida está lista y el enviado del colegio vendrá por ti en menos de una hora, así que muévete.

Siento cómo su peso ya no recae en la cama y oigo la puerta cerrándose con un martilleo en mi cráneo.

Creo que a mí también me tiene que explicar qué hicimos anoche, apenas recuerdo que salimos al cumpleaños de un amigo suyo.

Después de asearme, tomo un atuendo que conjunté con antelación sabiendo lo indecisa que soy para vestirme. Ni siquiera recordaba lo de la visita guiada al Londres Mágico que venía con la beca de intercambio.

Preferiría no salir.

Si digo que estoy enferma, que es justo como me siento, quizá me dejen saltármela.

«¡Ya basta!», me digo y siento otro tirón en la cabeza.

De acuerdo, este síntoma no es de los comunes, espero se pase pronto.

—¿Cómo están los chicos, Gina? —oigo que pregunta tía Rosetta cuando entro a la cocina.

Adoro su acento, una combinación de la musicalidad del italiano con la elegancia del británico. El mío es casi monótono porque realmente no hablo inglés, solo es un hechizo. Uno muy complejo que solo saben las personas que trabajan para la empresa de mi familia paterna, por cierto.

—Todos bien, ma —responde mi prima sin quitarle la atención a su desayuno-almuerzo.

Mi tía no pregunta más. Desearía que mi mamá fuera así. A mí no me dejarían salir sin saber cada mínimo detalle y con la condición de que cuente cada paso que di.

Bueno, si tuviera amigos con quienes salir, seguro sería así.

Intento despejar la mente mientras como, lo que no es muy buena idea de por sí, pero el dolor de cabeza no se me pasa, y todo empeora cuando intento pensar qué me lo ha producido.

Pasa a segundo plano cuando llego al baño solo para cepillarme.

«Lo estás haciendo bien».

Y ya me estoy secando cuando oigo a mi tío Reg abrir la puerta y saludar a alguien.

Razones para ir a Hogwarts y otros porqué [VV #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora