6. Porque cada quien tiene su magia

81 13 51
                                    

Verónica

El primer día de clases ha sido de lo más agotador

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El primer día de clases ha sido de lo más agotador. Tampoco es que me hubiera esperado otra cosa, por supuesto.

Si no fuera por Otto, me habría perdido unas cuantas veces, y unas cuantas veces más me habrían llevado las escaleras. Por no hablar de Peeves, que nos ha molestado al salir de Defensa Contra las Artes Oscuras para, según el poltergeist, «darme la bienvenida a Hogwarts». Me gustaría verlo competir con los caipora. Eso sí que fue una bienvenida.

«Qué pesado», suspiro cuando al fin Violet termina de quitarnos con magia lo que sea que nos ha tirado Peeves y no podíamos despegar.

Otto también suspira, le alivia que todos hayamos caídos en la trampa, y así cierto par no pueda burlarse. Me da la sensación de que Otto está peor de lo que he estado yo. Espero poder ayudarlo. Pero no se me ocurre qué podría hacer. ¿Plantarles cara? ni de broma.

Si los acusara, ¿en Hogwarts sería diferente que en Castelobruxo?

Otra cosa se me atraviesa por la mente mientras Otto y yo vamos a la biblioteca. O más bien alguien, Chrysanthus Malfoy, o solo Chrys, como dijo que podía llamarle. Parecía... satisfecho, por decirlo de alguna forma, de que Otto y yo nos estemos llevando bien. Como si Chrys hubiera concertado nuestra amistad o algo por el estilo. También dijo que él y Alex, otro Gryffindor, son muy amigos de mi prima y les encantaría ser amigos míos también.

Nunca alguien me había ofrecido su amistad. No así, al menos

La gente suele hacer bromas sobre que para los niños pequeños es fácil simplemente decir «¿quieres ser mi amigo?», pero a mí nunca me pasó tal cosa... hasta ahora, a los catorce años. Qué extraño.

Pero lo más extraño de esa parte de la charla fue que Chrys se considera muy amigo de Otto, aun cuando el peliplateado me parece tan solitario. Y no me refiero a físicamente... Cuando lo tengo cerca, es como si Otto siguiera completamente aparte.

De la otra parte de la conversación... bueno, no hay mucho sobre lo que pensar (al menos, por ahora). Solo quedé con la certeza de que tiene problemas con su madre y que vive con su abuelo y su padre. Y, por alguna razón que no supo explicar, la profesora Parkinson pasó gran parte del verano en su casa, y cuando me lo dijo pensó que debería decírselo a Jason.

Así que yo tampoco insistí con el tema. Porque Jason es el chico.

O sea, el otro chico, el chico de la fiesta, el chico del beso. Lo vi esta mañana, junto con la chica que, según Gina, es casi su novia, Sierra. De todas formas, creo que sí que están enamorados. Y no es como si yo lo conociera, en realidad.

—¡Verónica! —el grito de Otto me saca de mis cavilaciones.

«Ay, Dios mío.»

Estoy en una escalera. En una escalera que gira. Que está girando conmigo encima. Conmigo solamente.

Razones para ir a Hogwarts y otros porqué [VV #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora