Violet
A veces desearía no tener principios.
A veces desearía olvidarme de todo y encajar un puñetazo en la falsa cara de Arturo.
Como en este momento, que me mira con ese brillo de que sabe perfectamente cómo hacerme enfadar y callar, demostrando qué es capaz de revelar si a mí se me ocurre sacar a colación algo sobre mamá.
Porque sé perfectamente que ni siquiera Jason comprende la clase de escoria que es Chrysanthus Arturo Malfoy. Y, de saberlo, haría lo posible por arreglarlo... de alguna forma, supongo.
Pero no es junto a Jason desde donde me reta Arturo. Como ha sido casi siempre (excepto esa extraña semana después de vacaciones en la que estuvieron peleados), está con Alex Mcfly en la segunda fila de la columna del medio del aula de Defensa Contra las Artes Oscuras. Y no creo que Mcfly haga el más mínimo esfuerzo por ayudar a Arturo con mamá.
Pero no tendré forma de averiguarlo.
Porque tengo principios. Porque no podría golpear a mi hermano ni aunque tuviera la técnica para hacerlo sin lastimarme.
Porque tengo principios. Porque no arrastraré a alguno de sus amigos a sus problemas familiares.
Porque tengo principios. Porque no lo haría a riesgo de que Arturo revele mi inmensa pasión por algo tan nimio como la escritura.
Por mis principios, no he podido mover un solo dedo en favor de mamá desde que pasamos la semana de vacaciones en la Mansión Malfoy. Y ya pasó más de un mes. Y todo sigue igual entre ellos.
Por lo menos, no creo que entre mamá, papá y yo siga todo igual. No exactamente.
—¿No te parece raro que los vampiros existan, pero los zombis, no? —pregunta Verónica sin despegar la vista del libro de Defensa.
Lleva toda la clase con los ojos estancados en el mismo punto de la página que ya debería haber leído. Y yo llevo toda la clase (a excepción de varios intervalos en que mis ojos se van solos hacia Arturo) mirándola a ella para no mirar a Arturo.
No importa, ya sé todo lo que se puede saber sobre vampiros.
—Están los inferi —responde Otto, pero no me fijo en qué mira él.
Otto no sirve como distracción, no cuando cada vez que lo veo recuerdo esa visión. En él volviéndose a convertir en un demonio de fuego.
—Supongo que cuenta —La falta de interés de Verónica se suma al monótono tono que le impone el encantamiento lingüístico, volviendo su voz casi inhumana.
Es extraño. Verónica refleja emociones en todo lo que hace. No concibo que exista sin sentir algo al respecto.
Pero lleva unas semanas en las que parece ceder a mi ejemplo y ocultar todo. Da la impresión, y darme cuenta me produce un fastidioso escalofrío, de que está reemplazando al antiguo Otto: está bloqueándose para no sentir.
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Razones para ir a Hogwarts y otros porqué [VV #1]
FanfictionLa legeremancia es una rama oscura de la magia, todos lo saben. Entonces, ¿por qué Verónica Vannella puede usarla de forma innata? Después de ganarse el primer intercambio de Castelobruxo a Hogwarts en décadas, Verónica ha hecho todo lo que puede pa...