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No podía ser cierto, ¿embarazado? ¡No! No era verdad, estaban jugando conmigo. Olvidé el descontrol en mi cuerpo y bajé de la cama arrastrando conmigo el suero. Tenía que quitarme esa duda, liberarme de ese tormento en el que me había sumergido Tao.

—¡Necesito un médico! —grité esperando a que algún guardia me escuchara. Necesitaba hablar con Kyungsoo, decirle que debían irse. El miedo a repetir ese dolor infernal comenzó a profundizarse en mi pecho—. ¡Ayuda! ¡Necesito un médico!

Seguramente Tao había ordenado que me dejaran a solas, una tortura dolorosa para alguien que sufría un mal tan interno como el mío. Era muy fácil que mi mente comenzara a trabajar sola si no había nadie dispuesto a escucharme. Los peores errores se cometen cuando uno puede justificarse hasta con el argumento más absurdo... En verdad, quería salir.

Rompí la puerta destruyendo todos los instrumentos quirúrgicos que había en mi habitación; era la cerradura o mi muñeca. Era raro sentirse prisionero en el  lugar que antes considerabas tu hogar. No solo estaba encerrado en mi cuerpo, sino que, también, en la base que alguna vez me dio una razón de ser.

La amenaza ya no era tan fuerte, porque sentía que mal o bien, si podía salvar a un inocente todo estaría en orden. Mi corazón podría perdonarse a sí mismo por esto.

El humano es un ser complicado y descarado, después de tantos errores, ¿cómo se atreve a pedir perdón? ¿Qué es el perdón? ¿Por qué lo deseaba tanto?

—Hola, esto es incómodo. ¿No? —Su rostro sonriente no me calmó en lo más mínimo.

Minho, Kris y Tao estaba sentados en una esquina con los ojos perdidos en la nada. Kyungsoo y Kai estaba igual, aunque más atentos al sujeto sonriente. ¿Quién era? ¿Por qué se veía tan tranquilo?

—Bueno, esto es difícil de explicar... —Comencé a retroceder, pero un par de enfermeros me sujetaron—. ¡Suéltenlo! ¿No ven que lo están asustando? —Los dos hombres temblaron y me dejaron.

Él hombre tenía una bata blanca, inmaculada, y usaba anteojos. Parecía un médico, pero sonreía como un sicario. Evidentemente, mi embarazo, Tao, Minho, Kai y Kyungsoo estaban perdiendo importancia.

—Lo siento, los eduqué como pude. —Sonrió y sacó un arma.

—¡No! —Me arrodillé; el presentimiento de que vería morir a más personas estaba atormentándome.

—No, no hagas ruido. Puedes despertar a tus amigos. —Sacudió su mano y le disparó a los dos enfermeros—. No estoy a favor de la violencia física sin sentido. —Guardó la pistola—. Me llamo Yixing, puedes decirme Lay. Espera... ¿no me recuerdas? —Se veía confundido—. Oh Sehun, claro que me conoces... Solo que no me recuerdas. —Se acercó—. Soy psiquiatra, yo atendí a tu madre en sus últimos momentos.

—Yo no... —¡Nunca vi el rostro de mi madre! Deseaba gritarle, aunque el miedo me hizo guardar silencio.

—Eso no importa, era una mujer complicada. ¿Tú lo eres? ¿Sueles causar problemas, Sehunnie? —Suspiró—. ¿Cómo está tu bebé? Lamento lo que te dijo Tao, creo que me pasé un poco con las instrucciones. Es un trabajo difícil lo mío.

—¿Quién es usted?

—Doctor, eso soy. —Analizó su respuesta—. Como tú, pero en áreas diferentes. ¿Tendrás al bebé?

—¿Qué les pasa a ellos? —Apunté hacia todos.

—Están descansando, hasta que tengan que volver a la realidad.

—¿Qué realidad? —Comencé a levantarme.

—La realidad de los SUBS. Somos gente muy sensible y débil, necesitamos amigos fuertes. —Miró a Kai y a Kyungsoo—. ¿Qué dices? ¿Son buenos? —Asentí con cuidado.

Él caminó hasta la pareja y los ayudó a cerrar los ojos. Necesitaba una explicación o algo razonable, porque Minho, el hombre más fuerte que conocí, estaba suspendido en una nube.

—¿Estarán bien?

—Claro, yo me encargo de eso. —Me respondió sin voltear—. Él ha estado extrañando mucho a su esposo, es difícil contener a alguien como Minho.

—¿Qué les hace?

—Un pequeño cuidado psíquico. Ellos deben dejar de pensar por un momento para ser más felices. Además, le prometí a su esposo que lo cuidaría.

—¿Taemin? —Conocía al joven chico que había vuelto loco a Minho, era como un ángel en la tierra. Su esposo lo custodiaba como a un tesoro. ¿Qué tenía que ver él con ese tipo?

—Él y yo tenemos una especie de arreglo. Si quieres una familia feliz, yo puedo ayudarte a conseguir un padre adecuado para tú bebé. —Sonrió—. Aunque, si no vas a tenerlo, también te puedo ayudar.

—¿Cómo puede hacer eso con el comandante Minho? ¿Y Tao? —Ese sujeto estaba revolviendo todo lo que era legal para mi.

—Minho tiene un superior... yo, soy el que maneja a su superior. —Cambió el suero de Kai—. No te preocupes, él estará bien. Sabes, ya lo operaron pero, hay algo en él que hizo desastres en nuestro comandante. No me gustan los imprevistos. ¿Kai es un destructor? —Asentí—. Buen chico. Supongo que dijo algo en presencia de Minho... No puedo permitir algo así.

—¿Qué hará?

—Lo ayudaré a unirse a nosotros. —Sacó un par de cosas de su maletín—. Será uno de los nuestros.

—Eso es imposible. —Sujetó la muñeca de Kai y le inyectó un líquido carmesí.

—La muerte es algo que no se puede controlar... —Registró los signos vitales—. Los SUBS son mi mundo, Sehun.

—¿Qué sucederá con Kyungsoo?

—Él y tú irán a la ciudad y permanecerán allí, como las buenas parejas. 

—Eso es una locura. —Caminé hasta Tao y lo sacudí—. ¿Tao? ¿Minho?

—Están ocupados, no los molestes. Todos serán felices, como tú.

—¡Yo no soy feliz!

—Lo eras, hasta que saliste de nuestros límites.

—Ves, no puedes controlarlo todo —grité.

—Claro. —Me ignoró—. Tienes un lindo esposo embarazado para proteger, comandante Kai.

Los ojos de Kim se abrieron, estaban ciegos, como si algo dentro de él se hubiera ido. Ese hombre reemplazaba la realidad por sueños sin lógica, ¿cómo Kai creería que era un SUBS?

—Si cuidas de nuestro pueblo, tu bebé y tu esposo estarán bien. Eres un miembro de SUBS, todos los demás son tus enemigos. —Me aterré cuando Minho y Kai repitieron la misma frase como si fuera una orden.

¿Qué estaba pasando? ¿En qué momento los SUBS se volvieron así?

—Es un sistema de defensa, Sehun. Hace tiempo dejamos de ser los últimos en la cadena alimenticia, ahora somos parásitos de todo tipo. —Acarició la cabeza de Kyungsoo—. Necesitamos niños y hombres fuertes para pelear. —Apuntó a Tao—. Era un espía de los leños y se enamoró de un médico. Solo tuve que dispararle a Kris para que dijera la verdad. Se volvió uno de los nuestros por elección... y muchos de los suyos cayeron; ahora es feliz, tienen una bebé. Y, Minho... Taemin es muy dulce, pidió piedad por un hombre moribundo y se casó con él. Fue Minho quien le disparó a Kai y a todos los que estaban en ese campamento. Él lo sabía todo porque, alguna vez, fue uno de ellos.

—Esto... ¡Estás enfermo!

—No, todos cometemos errores, Sehun. Minho intentó llevarse a Taemin, como un capricho. Y, terminó tendido en el suelo. Se veían a escondidas, pero supongo que el comandante de los destructores no pudo soportarlo más. —Miró hacia el techo—. Taemin lo amaba, ¿puedes creerlo? ¡Me dijo que quería morir junto a él! ¡Era un traidor! Pero, lo perdoné y los dejé vivir. —Intenté abrir la puerta de salida—. Tú también serás feliz, Sehun.

Fuerza de AtaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora