11 • Ahora es mi turno de disfrutar.

17.3K 1K 57
                                    

Damián.

— No sabía que te gustaba cantar — contesta volteando para mirarme.

— Quería ser cantante de pequeño pero hace años ví que era solo un sueño — contesto mirando la pared.

— Puede ser una realidad si te lo prometes.

— No.

— ¿Por qué? — pregunta curiosa.

— ¡No tengo porque darte explicaciones! —contesto saliendo de la ducha.

— ¿Qué? — pregunta sorprendida.

Salgo de la ducha tomando una toalla rodeando la en mi cintura, salgo del baño cerrando la puerta detrás de mi pero no tarda mucho en ser abierta por Hera.

— ¿Qué diablos te pasa? — pregunta confundida — Hace 2 minutos estabas bien y de repente te comportas así.

— Odio que digas ese tipo de palabras — volteó cabreado.

— No me importa, responde la maldita pregunta — responde de igual manera.

— ¡HERA! — contesto alzando la voz.

— ¿Qué? — pregunta alzando la voz también.

— ¡No me provoques! — contesto alterado.

— ¿Qué me harás si lo sigo haciendo? — pregunta mirándome a los ojos.

— Solo... olvídalo — contesto volviendo a girarme.

— ¡¿Cómo quieres que olvide algo que ni se que es?! — exclama.

— Carajos solo olvida lo que escuchaste hace unos minutos — respondo con una de mis manos en mi cara.

Nos quedamos mirando por unos segundos pero está se voltea dispuesta a irse pero la tomo del brazo pero se libera.

— ¡Suéltame! — contesta enojada.

— Hera por favor — contestó pero veo que no querrá escucharme y la cargo hasta la cama.

La tomó de las muñecas pero sigue moviéndose intentando soltarse.

—¿Quieres estar tranquila? — pregunto mirándola a los ojos.

— Lo estuviera sino te tuviera encima mío sujetando ambas de mis manos — contesta apartando la mirada.

— Lo siento.

— ¿Por qué te disculpas? — pregunta confundida.

— Por mi cambio de actitud, convivir contigo se me hace algo nuevo. Nunca había amanecido con una mujer, tampoco había dormida con una en mi propia cama y menos hablarle de mis sueños a alguien —contestó con toda sinceridad.

Flojo mi agarré de sus muñecas y está se sienta en la cama y yo hago lo mismo.

— Damián — llama mi nombre haciendo que la miré — ¡Yo!

Solo dice eso.

La miro extrañado sin saber que decir pero en un movimiento queda encima mío sorprendiendo me.

— Hera... — no termino de hablar por recibir sus labios en los míos.

No tardó un segundo en seguirle el beso, disfrutando lo delicioso de sus labios, lo suaves que son y lo danza que bailan su lengua y la mía.

Me encanta besarla

Pongo ambas de mis manos en su cintura atrayendo la más hacia mi, sus piernas a ambos lados de mi.

El Trato De Un Millonario. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora