56 • 17 de diciembre.

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Hera.

Ya han pasado tres días desde el parto, hoy volveré a casa y eso me tiene más feliz de lo que ya lo estoy.

— Buenos días hermosa — me saluda Damián entrando a la habitación.

— Buenos días cariño — contesto dándole un pequeño beso.

— ¿Cómo se encuentra la mujer más hermosa del mundo? — pregunta feliz.

Si veía a Damián feliz ahora está el doble, no deja de ver los bebés y a mí.

Parece niño en dulceria jugando con ellos.

No se a alejado de mi en ningún momento, desde que me trajo a emergencias no lo he visto ir a casa, incluso duerme a mi lado.

— Muy feliz, ya hoy nos podremos ir.

— Estoy tan feliz y emocionado — contesta sonriendo — me has hecho el hombre más feliz del universo.

— Te amo cariño.

— Buenos días — entra Karla a la habitación.

— Buenos días — contestamos juntos Damián y yo.

— ¿Cómo están? — pregunta abrazando nos — ¿Cómo se encuentran los bebés?

— Muy bien, justo acabé de venir de estar con ellos.

Damián sale de la habitación y yo me quedo conversando con Karla.

— Me alegra tanto verlos tan felices y siendo una familia, gracias por llegar a nuestras vida mi niña — habla mientras se les llenan los ojos de agua al igual que a mí.

— Gracias a ustedes por aceptarme en sus vidas, me cambiaron para mejor y me han hecho muy feliz.

Damián entra a la habitación con ambos de los bebés, uno en cada brazo mientras le hace caras raras.

— ¿Cuáles nombres les pondrán? — pregunta Karla curiosa.

— Ya los tienen — contesta Damián sonriendo.

— Damián elijo el nombre del niño y yo de la niña.

— El niño se llama Hades, para ir en conjunto con el nombre de su madre — contesta Damián.

— Y la niña se llama Lina — no tengo que explicar el porqué ya que ambos lo saben pero aún así lo hago — quería que Damián tuviera algo significativo para el que le recuerde a Lina.

Dos lágrimas recorren las mejillas de Karla al escuchar esto, mi corazón se aprieta pues conozco lo importante que fue para ellos.

— Hera, eres un ángel.

— Es nuestro Ángel — contesta Damián mientras besa mi frente.

Nunca imaginé lo feliz que sería, no sabía que recibiría tanto amor y apoyo de personas que realmente me quieren.

Si supiera que para poder llegar a este punto de mi vida tuviera qué volver a pasar por todo el dolor y el sufrimiento que me pase lo haría sin pensar por el simple hecho de cómo acabaría.

(Más tarde ese día)

Al llegar vemos a Eva terminando de preparar el comedor cuando nos ve.

— ¡Llegaron! — saluda emocionada.

— Hola — saluda Damián.

Eva se acerca a mi en seguida para ver los bebés y queda encantada.

— ¡Son tan preciosos!

El Trato De Un Millonario. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora