27 • ¿Crees poder decirlo otra vez?

12.3K 832 25
                                    

Damian.

Hera empieza a moverme encima de mi sin permitirme alejar mi boca de sus pezones.

- Amo cuando me chupas los pezones - contesta antes de bajar de mis piernas y quitar el cinturón de mi pantalón.

No contesto solo observo la escena, Hera me tiene sorprendido con su actitud pero me encanta que se comporte así.

Baja mis pantalones junto con la tela del boxer, tomo mi ya erecto miembro y se lo entra a la boca sin titubear.

Siento el calor de su boca en mi pene al igual que toda su saliva y su aliento fresco, una sensación jodidamente maravillosa.

Mientras lo está chupando noto que tiene que detenerse para tomar su cabello y seguir, tomo su cabello en una de mis manos acoplando lo en una especie de cola dónde la goma es mi mano.

Sigue haciendo su ritmo está vez sin detenerse y siento que fuera a explotar, me atrevo a levantar mi pelvis hundiendo me más en su interior y llegó a mi límite, solo faltaron dos entradas más de mi pene a su boca para acabarme.

Está se lo traga toda terminando de limpiar mi pene con su lenguaje sin dejar rastro de mi anterior eyaculación.

- ¿Qué abre hecho para obtener semejante mujer ? - pregunto besándola.

Está se sube nuevamente encima de mi pero está vez con su espalda frente a mi, hecha su ropa interior a un lado, tomando mi pene y poniéndolo en su entrada para luego sentarse en el, permitiendo me hundirme completamente dentro de ella.

- Oh Dios mío - la escucho gemir y luego se sostiene de mis rodillas mientras sigue saltando encima de mi.

La sostengo por el pelo y la halo un poco fuerte haciendo que mire hacia atrás mientras la tomo de la cintura.

- Oh sí nena, así - contesto tomándola de las nalgas apretándola.

Está sigue saltando mientras se escuchan sus gemidos y jadeos por todo el lugar, sin algún disimuló y me encanta. Porque está siendo ella misma sin pensar en el otro.

Empieza a moverse en círculos encima de mi y siento que terminaré más rápido de la cuenta.

¿Qué le pasó a la Hera inocente que conocía?

La tomó por la cintura haciendo que se gire encima de mi aún con mi pene en su vagina poniéndola de frente a mi.

Está sigue saltando mientras sus pechos están muy peligrosamente cerca de mi boca lo cuáles no dudo en atacar.

- Damián para - contesta estando agitada.

Nuestras respiraciones están frenéticas, nuestras pieles chocando, nuestro sudor ligados, escuchando los gemidos y jadeos del orto mientras admiramos el placer que nos podemos dar uno al otro.

- ¿Por qué? - pregunto aún con mi boca en sus pechos - Si te encanta.

- Ah si - sigue jadeando mientras salta.

Me encanta estar así con Hera, verla expuesta sin estar avergonzada solo siendo ella sin importar en los demás.

Es bueno pensar en el otro antes de hacer cualquier cosa, pero en el sexo no, solo se trata de buscar tú propio placer y ayudar al otro a poder llegar a su orgasmo.

Hera es una persona bastante fuerte que intenta crear barreras para no salir lastimada pero aún así lo hace, y se lastima más en el proceso.

Es muy sensible y no siempre le gusta demostrar cuando está mal cómo suele aparentar, después de las palabra de su madre hacia ella tomo un cambio radical y aunque se ría y se divierte, en las noches se sienta en el balcón a pensar y a veces solo llorar, cree que no me doy cuenta pero lo hago solo no quiero atacarla con el tema.

El Trato De Un Millonario. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora