Damián.
- ¿Crees qué puedas hacerlo? - preguntó.
- Claro - responde con una sonrisa.
- Bien - digo sentando me en la cama - no haré nada, tú serás la encargada de todo.
- ¿Qué? - pregunta trayendo color a sus mejillas - pero no sé - la interrumpo.
- Sumisa y callada - contesto sonriendo - no abrirás esa boca a menos que sea para gemir, ¿Entendido?
- Entendido - contesta con una sonrisas traviesa.
- Termina de desvestirte - le indico y está se termina de sacar la blusa estando desnuda por completo.
- Listo.
- Si abres la boca una vez más será mesedora de un castigo.
Esta mi mira divertida y se que quedarse callada no está en sus planes y es algo de lo que yo disfrutaré.
- ¿Cómo cuál? - pregunta mordiendo su labio.
- Boca abajo en la cama - contesto levantando me dirigiendo me hacía los cajones - ¡Ahora!
Abro uno de ellos y tomo lo que necesitó.
- ¿Damián pero qué? - pregunta al ver mis intenciones - No me pondrás eso.
- Claro que si hermosa - contesto tomando la de la cintura atrayendo la a mi para luego besarla.
- Sadismo - habla un momento nos separamos.
- Verás lo alucinante que puede llegar a ser - contesto volviendo a besarla mientras ató sus manos.
- ¿Esto dolerá cierto? - pregunta curiosa.
- Será una mezcla - digo una vez hago lo mismo con sus piernas - dolor y placer.
Vuelvo y me siento en la cama poniendo su abdomen en mis piernas.
- ¿Qué harás ?
- Castigarte - contesto dándole la primera nalgada.
- ¡Ah! - responde a mi tacto.
Deslizó mis dedos suavemente por la piel que ahora se encuentra con un leve color rojizo y le doy otra haciendo que está sobresalté.
- ¡Damián! - dice mi nombre pero sonó más como un gemido.
La tomo del cuello haciendo que arque un poco la espalda.
- Para eso debes abrir la boca - digo cerca de su oído.
Me levanto con ellas en brazos y la acuesto en la cama boca abajo, empezando a besar su cuello desde atrás.
Paso mis dedos por su espalda arañando la pero nada grave.
- Dejarás marca - contesta estando excitada.
- No importa, solo yo veo tú cuerpo - contesto antes de voltear la y tenerla de frente, me acerco a su rostro en dirección hacia sus labios haciendo que abra los labios brevemente pero dirigo mi camino hacia su oído - Y soy dueño de el - digo en un susurró.
Meto mi cabeza en su cuello inhalando su aroma natural y es fascinante, bajo hasta sus labios y la besó metiendo mi lengua en su boca cuando siento su mordida.
- ¡Hera! - digo una vez llega el sabor de sangré a mi paladar.
- Tus nalgadas dolieron - contesta en defensa.
Me percató de la imagen de Hera, verla desnuda atada frente a mi hace que tenga una excitación inigualable.
Vuelvo y me acerco a ella besándola mezclando nuestras salivas y el ligero sabor a sangré que resulta peculiar pero no desagradable.
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El Trato De Un Millonario. ✓
Romans- ¿Piensas quedarte ahí parada todo el día ? - pregunta con tono arrogante. - ¡No, señor! - digo antes de sentarme en una de las dos sillas frente a el. - Buen modo de dar una primera impresión - dice mientras tiene su vista en unos papeles para lue...