21 • Felicidades Sr. Cavalier.

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Damián.

1:30

¿Por qué no abra llegado Hera?

Quiero dejar que disfrute la fiesta pero me está empezando a preocupar.

— Solo llámala — habla Jonathan sentándose a mi lado.

Después que llegamos de su casa de quedó conmigo.

— No lo haré — digo serio.

— ¿Por qué no? — pregunta.

— No quiero verme como un novio celoso — contesto tomando de mi vaso.

— Deja de decir estupideces, se que estás preocupado y lo único que puedes hacer en estos momentos es llamarla para estar más tranquilo.

Buen punto.

Tomó mi teléfono y marco su número poniéndolo en alta voz.

— ¡Necesito que vengas urgentemente! — escucho la voz de una mujer.

— ¡¿Qué?! — pregunto poniéndome nervioso y miró a Jonathan —  ¿Dónde está Hera?

— ¡Yo! — hace una pausa y luego responde — ¡Es muy complejo solo ven rápido!

— Dame tú ubicación ¡Voy enseguida! — contesto levantando me del sofá.

Minutos después estoy en el auto con Jonathan conduciendo, los nervios no me dejaron hacerlo.

— ¡Por Dios acelera! — hablo poniendo la mano en mi frente en forma de frustración.

— ¡Voy lo más rápido que puedo! — contesta y segundos después llegamos a una discoteca la cuál reconozco.

Es de Maddie ¿Cómo diablos no la recordé cuando me dijo dónde estaba ubicada?

Bajo del auto Jonathan siguiéndome y puedo ver a la chica del parque, con ella salió Hera.

— ¡¿Dónde está Hera?! — preguntó una vez cerca de ella.

— Ella..  — hace una pausa mirando a ambos lados — ella.

— ¡Habla! — contesto alzando la voz por los nervios.

— ¡Está dentro! — contesta mirándome.

Entro rápidamente y todas las luces de colores hacen que mi cabeza de vueltas.

— Tú busca allá arriba — ordena Jonathan poniendo su mano en mi hombro.

Visualizo las escaleras y subo rápidamente.

Hay un muy largo pasillo donde se ve todo negro, solo muchas puertas, empiezo a abrir una por una interrumpiendo algunos actos sexuales de algunas personas, algunos drogándose y otras solo durmiendo intoxicados.

Entro en una de las habitaciones y veo un chico tirado en el suelo con sus manos en su parte baja retorciendo de dolor.

Miro la cama y veo el vestido que llevaba Hera puesto y siento mi sangre arder.

Sujetó al chico de la camisa haciendo que se levanté.

— ¡¿Dónde está?! — pregunto pegando lo a la pared.

— ¡¿Dónde está quién?! — pregunta intentando soltarse pero lo tomó de cuello volviendo a pegarlo aún más fuerte contra la pared.

— ¡Mi paciencia es poca! — contestó apretando mi agarré en su cuello.

— ¡De verdad no sé de quién hablas! — contesta poniendo sus manos en mi brazo.

Levanto al chico aún con mi mano en su cuello y vuelvo a hablar.

El Trato De Un Millonario. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora