9 • Me tengo que ir.

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Damián.

- Damián cuanto tiempo ser verte - escucho hablar detrás de mi y volteo.

- Ante mis ojos tengo una leyenda - digo abrazando a Daniel.

- Estabas perdido - contesta terminando el abrazó.

- No soy yo el que desapareció por tres años - digo riendo.

Daniel desde que cumplió los 23 está involucrado con mafiosos y todo ese tipo de cosas por la cuál cada debido tiempo tiene que desaparecer del mapa.

- ¿Cómo está Maddie ?

Maddie es la única chica que me ha interesado después de nuestros momentos sexuales, creí que sería la chica indicada para mí pero, para mí mala suerte solo estaba interesada por mi dinero.

- Ya no estoy con ella - digo sin ninguna emoción, realmente sentí algo por ella y tal vez queden algunos sentimientos pero nada más, ya no me interesa estar con ella.

- Lo siento - dice notando que no hizo el mejor comentario - ¿Qué te trae a una tierna de ropa para mujer? - pregunta cambiando el tema.

- Mi novia está comprando unas cosas - digo sonriendo por el hecho de la forma tan natural como sale de mi.

- ¿Tienes fiebre? O ¿Estás enfermo? - pregunta poniendo su mano en mi frente.

- Estoy perfectamente bien - digo quitando su mano.

- ¿Quién será la afortunada? - pregunta sonriendo.

- La verás algún día - digo viendo mi reloj, ya hace un rato no la he visto y no creo que una mujer duré tanto tiempo eligiendo un vestido.

Después de unos minutos más hablando con el me enteró que está casado, tuve un hijo y están en espera de una niña.

Me despido de Daniel y voy hacia donde está Sofía.

- ¿Dónde está mi novia? - pregunta sin ninguna expresión.

- Creo que está en el baño - contesta pero por lo nerviosa que se puso cuando preguntó me doy cuenta que no está diciendo la verdad.

- La verdad Sofía - contestó con voz dura.

- Se fue - dice sonriendo.

- ¿A dónde? - pregunto achicando los ojos.

- No lo sé, pero mientras tú estabas muy entregado a la conversación paso por detrás de ti - contesta.

- ¿Qué le dijiste? - pregunto con la mandíbula tensa.

- La verdad - dice soltando se de mi agarré.

- ¿De qué verdad hablas? - pregunto rodando los ojos.

- Que ella no está a nivel para estar contigo, que está no es la clase de vida de ella, esa verdad y que ella no es la indicada para ti.

- Que carajos dijiste - exclamé ya enojado.

- Solo olvídala, porque conocer a una chica nueva si es mejor quedarte con la que ya te conoce - habla poniendo sus manos en mis hombros pero los retiró.

- Porque ella gracias al cielo no eres tú y te lo he recordado cientos de veces, solo fuiste una acción y un deseo de una noche - alargó la oración en las dos últimas palabras.

- Eres un estúpido, nunca vas a madurar - habla volteando se pero la tomo de la muñeca.

- Una persona madura sabe lo que quiere, un niño no - contestó soltando la y luego me doy la vuelta pero recuerdo algo - por cierto todas las cosas que ella seleccionó las quiero listas para dentro de una hora.

El Trato De Un Millonario. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora