45 • ¡Volviste!

8.7K 600 47
                                    

Damián.

¿Dónde estoy?

¿Qué hago en el hospital?

¿Dónde está Hera?

Me siento en la camilla y veo toda la habitación sin tener la menor idea de cómo llegué aquí.

Tengo un suero en mi mano y me lo apartó levantando me de esta.

Me paró en frente de la ventana y veo a Hera con las manos en su vientre hinchado y se me acelera el pulsó.

- Dios no dejes que me muera sin poder verla de nuevo - digo en voz alta antes de cerrar los ojos.

Salgo corriendo de la habitación tomándome con Jonathan y el doctor.

- ¡Damián! - escucho la voz de Jonathan pero ignoró y salgo corriendo fuera del hospital.

Corro hasta el parque y veo a Hera caminando saliendo del lugar.

-¡Hera! - llamó su nombre pero parece no escucharme.

Corro aún más hasta llegar donde está y me detengo en seco.

- ¡Hera! - digo casi sin aliento antes de tirarme al suelo por la falta de fuerza.

Está al escucharme se gira y puedo ver qué estaba llorando.

Me pone de rodillas en el piso ayudando a pararme sentando nos en una banca.

- ¿Qué haces aquí afuera?

- Te estaba buscando.

- Deberías estar allá dentro - contesta y sus ojos se llenan de agua otra vez.

- No te dejaré, te lo dije y cumpliré mi promesa.

Hera abre los ojos como platos al escucharme decir esas palabras y me abraza cómo nunca lo había hecho.

- ¡Volviste! - contesta llorando.

- ¿Cuándo me fui? - preguntó sin entender.

Eso me hace recordar lo que me dijo antes del accidente.

- Déjame en paz.

Me separo de ella ya que no la quiero incomodar y está me mira sin entender.

- Recuerdo que dijiste que querías que te dejará en paz y si eso quieres pues lo haré - contestó sintiendo ganas de llorar.

- Damián en lo que te resta de vida no te vuelvas a separar de mi.

Escuchar eso me hace sonreír cómo un niño y la abrazó, lo hago con todas las ganas acumuladas que tengo envolviendo la en mis brazos sin poder separarse de mi.

- Te amo tanto hermosa - contesto sinceró.

- Te amo aún más de lo que te puedas imaginar cariño.

Al separarnos la beso con las mismas ganas o tal vez que las que tenía de abrazarla.

Pongo mis manos en su vientre y al instante una pequeña patadita se hace presente y las lágrimas de Hera son aún más.

- ¡Por Dios! - habla feliz.

Me acerco y le hablo al bebé.

- Reconoces la voz de tú papi.

Desde de algunos minutos viendo la luna con Hera entramos otra vez al hospital.

Hera camina detrás de mí y nos encontramos a Jonathan.

- ¡Damián te estás volviendo loco, todos te estábamos buscando!

- Estaba ocupado.

- ¿Ocupado en qué diablos?

El Trato De Un Millonario. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora