La Historia De Los Siete Colores (Precuela De Atrévete a Amar)

" Nada me sacaba de esta jaula "

La noche fue muy corta, demasiado diría yo, el momento que tanto esperaban lamentablemente había llegado, cumplir 24 años iba a ser inolvidable era el momento donde tomaría el lugar de mi padre para dar honor y respeto a nuestra familia, mi padre siempre pensó que yo sería la cabeza de nuestra fortuna, creyó que yo renovaría nuestros negocios, y sería la creadora de algo nuevo, o al menos, esos eran sus planes.

- Luces encantadora- comentó mi madre poniendo sus manos sobre mis hombros, miraba al espejo contemplando el vestido que estaba usando-

-Gracias- respondí con seriedad, podía sentir el corazón de mi madre, latía con rapidez, sabía exactamente cómo me sentía, lo podía notar en sus ojos-

- Desearía que todo fuera diferente para ti - había sido la primera vez que mi madre me miraba en realidad, miraba mi dolor, mi furia-

- Ajusta bien el vestido, debe lucir impecable- ordenó con firmeza, era claro que esto no debía durar, nunca nos eligió a nosotros, siempre fue él -

Al terminar, mis amigas me acompañaron a la sala de eventos de mi casa, donde cada uno de los ejecutivos más importantes de Tailandia me esperaban impacientes, ante sus ojos, solo veían a una chica refinada y educada, nunca vieron un trozo de carne sin vida.

Las cámaras se posaron frente a nosotros, la luz del flash me resultaba molesto, nunca estuve a favor de esta celebración.

Mis amigas se apartaron para permitir el brindis inicial del festejo, donde mi padre sería una total farsa.

- Buenas noches a todos, antes que nada quiero agradecerles por su más cordial presencia en el cumpleaños número 24 de nuestra hija, este es un momento especial para nuestra familia, y estoy agradecido de que ustedes formen parte de él - todos alzaron sus copas en respuesta al brindis de mi padre, era gracioso, ninguno de los que estaban aquí veían más allá de los lujos-

Al finalizar el brindis, todos pasaron a la mesa de aperitivos, las voces no eran claras, pero era lógico que hablaban de política, proyectos, dinero y más dinero-

- Tu padre si que sabe dar un discurso- comentó Ahn Min-hyuk, un viejo amigo de la infancia,es fundador de su propia empresa de videojuegos en Corea, su padre es uno de los socios de mi padre-

- Cuánto sarcasmo- respondí-

-Bueno, debo animar esta fiesta, es más como una subasta- agregó, bebía champán mientras observaba desde las escaleras a cada uno de los invitados-

- Siguen llegando invitados, creí que sería algo pequeño- comentó Rose-

- Por favor, su padre organizó todo, esto será aún más grande- respondió Jennie, las personas junto a mí, sabían exactamente el monstruo que había dentro de él-

- ¿Recibiste alguna respuesta de...? - cuestionó Jisoo, no dejé que terminara su pregunta, pero claramente sabía el final-

- No, no hay nada - respondí desanimada-

- deberías buscarlo, desde que se fue, su paradero ha sido un misterio- comentó Ahn Min-

- ¿Cómo está Bong Soon?, creí que vendría -

-Iba a hacerlo, pero las niñas están creciendo y es más complicado mantenerlas vigiladas, pero te manda un gran abrazo y esto- dijo entregandome un sobre amarillo, al abrirlo, encontré una inmensa cantidad de efictivo-

-Sabes que no lo voy a aceptar - dije en respuesta, ellos más que nadie sabían que odio recibir ayuda, más si no la había pedido-

- Debes hacerlo, se que tienes dinero de sobra en tu cuenta bancaria,pero necesitas dinero que tu padre no pueda controlar- realmente quería a estas personas junto a mí, nunca he podido demostrar cuán agradecida estoy con ellos, eran mis personas, y las necesitaba a mi lado-

- Gracias- respondí con una gran sonrisa, el dinero no me importaba, nunca fue importante, recibí un inmenso abrazo de mis amigas, sabía que cuando las necesitara, ellas estarían ahí, al igual que Min, y yo, pagaría con mi vida cada deuda-

-Lisa, es hora- ordenó mi padre, si algo podía arruinar esto, era él, y si algo debía hacer para detenerlo, el momento era ahora-

Nada me sacaba de esta jaula de huesos y entrañas, de heridas que aún no olvido, y de amigos que ya me olvidaron.

Había llegado el momento de liberarme.