" Que sea eterno todo aquello que nos hace bien "

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—Hola...— al despertar, vi a Dongmin junto a mí, al parecer...llevaba despierto más tiempo—

—¿No dormiste?— cuestioné sin apartar la vista de sus ojos—

— No quise hacerlo...

—¿Qué ocurre?—

—Eres hermosa aún dormida — respondió acariciando con suavidad mi rostro, sus manos, eran tan cálidas y delicadas—

Al acercarme a su rostro, pude percibir su aroma, ese aroma que tanto me gustaba,  todo en él me era único, amaba su alma, su corazón, la manera en como respiraba.

Los besos de esquimal eran mis favoritos, y él...los hacía aún mejor.

Al levantarnos, me dirigí al baño para tomar una ducha,  pero al verme en el espejo...me quedé inmóvil.

Los recuerdos de anoche eran claros, recuerdo  sus manos recorriendo mi cuerpo con delicadeza, cada uno de aquellos besos en mi cuello, y el sonido de sus jadeos era como si aún pudiera oírlos...

—¿Está todo bien?— cuestionó Donming desde la puerta, no había notado su presencia —

—Si, todo está bien— respondí bloqueando aquellos pensamientos de mi mente—

—Eres sexy cuando te ruborizas — comentó acercándose a mí, me abrazó por detrás y miró el reflejo de nosotros en el espejo —

— No sé de qué hablas — contesté negando su sospecha —

—Sé que pensabas...— agregó besando mis hombros con tanta suavidad y paciencia —

—Sigo sin entender...— mi voz había cambiando al sentir sus labios en mi piel, mis ojos comenzaban a cerrarse poco a poco disfrutando de aquellas caricias —

— Yo también pienso en eso — sus besos se  detuvieron, gracias a eso pude recuperar la cordura —

— Eres cruel...

— Me encantaría seguir...pero JinJin hizo planes para hoy, debemos ir— su rostro seguía recargado en mi hombro, sus brazos, rodeaban mi cintura mientras él sonreía como un pequeño

—Estaré lista pronto, solo tomaré una ducha — al decir eso, la sonrisa de Dongmin se agrandó más—

— Ni siquiera lo pienses— dije riendo, Dongmin se sonrojó y talló su rostro para evitar esos pensamientos, conociéndolo...era difícil resistirse —

—Pero anoche ya...— Dongmin estalló a carcajadas al ser interrumpido por mis pequeños empujones—

—¡Callate!, ¡Fuera!— dije entre risas, no quise escucharlo, al echarlo fuera, cerré la puerta avergonzada, no estaba arrepentida o incómoda por lo ocurrido, haber estado con él fue lo mejor que pudo haber pasado en mi vida—

Al tomar la ducha, cubrí mi cuerpo con la toalla blanca que estaba sobre el estante, al abrir la puerta, Dongmin estaba recostado sobre la cama mostrando su abdomen, al parecer, seguía trabajando en aquella presentación.

— ¿Qué tal estuvo la ducha?— cuestionó Dongmin mirándome desde la cama —

—Muy bien, deberías usar camiseta, te verán los vecinos de los demás edificios —

—¿Eso te daría celos?— cuestionó Bromista—

—Entra a la ducha, ¡ya!— respondí aventando levemente mi blusa justo en su rostro, él,  parecía divertirse con mis reacciones—

— ¿Lalisa Manoban cuidando a su novio?, eso es sexy — comentó acercándose al sitio donde me encontraba, al abrazarme, pequeñitas gotas mojaba sus brazos—

Al hacer una mueca, Dongmin sonrió mientras mordía su labio inferior, cuando hacía eso...Dios... me hacía enloquecer.

Al estar listos, Dongmin preparó el vehículo para reunirnos con nuestros amigos.

Durante el camino, encendí la radio, al producirse la canción, disfruté cada uno de los segundos del pequeño viaje.

— Veo que estás emocionada — comentó sonriendo al verme cantar " Say you won't let go " —

¿A quien quería engañar?, la felicidad me devoraba, éramos dos locos por la vida, sin mentiras, sin daño, sin límites,   todo junto a él era mágico, aquí y ahora.

Y es cierto, totalmente cierto.

En este mundo, hay personas tristes con el alma más bonita que existe, y nosotros éramos la prueba de ello.

La Historia De Los Siete Colores (Precuela De Atrévete a Amar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora