La hora más esperada había llegado, la sala principal estaba repleta de nuestros amigos, por suerte, había preparado infinidad de platillos.
—Creí que vendría el padre de Lee— comentó Zheng, quien nos ayudaba a poner la mesa —
—Ya debe venir en camino, pasó a comprar unas cosas que hacían falta para la cena— respondí entregándole más platos —
— Fue una gran idea hacer la cena— agregó Jennie mientras bebía junto a Rose —
—Fue idea de Dongmin, de echo...no tenía idea que quisiera conocerlos a todos — al ver a Dongmim junto a los chicos me hizo darme cuenta de lo bien que se llevarían todos ellos, SeungCheol parecía disfrutar de la charla grupal —
El timbre de la entrada sonó.
—Yo iré — avisó Jisoo dejando su bebida sobre la barra —
A lo lejos pude escuchar la voz del señor Lee.
—Hola, espero no haber llegado muy tarde — comentó el hombre poniendo las bolsas sobre la barra—
— Muchas gracias por venir — recibí al señor Lee con el debido respeto que merecía— por favor, pase a relajarse, tenemos soju y aperitivos— agregué indicandole el sitio donde estaban todos los invitados —
Al acceder, proseguimos a preparar los últimos detalles, quería que esta cena fuera perfecta, al finalizar, llamamos a todos a la gran mesa.
—Gracias por la cena, está delicioso— comentó S.Coups probando cada uno de los platillos —
—Es verdad Lisa, todo está perfecto — comentó JinJin —
—Gracias, pero lo hice con ayuda de las chicas— respondí riendo, no quería llevarme todo el crédito —
— Y dime SeungCheol, ¿Qué planes tienen por ahora?— cuestionó Rose mirando a mi hermano —
— Bueno, estuvimos varios años en Shanghái administrando la empresa desde allá, así que pensábamos en quedarnos un tiempo y dirigir personalmente la empresa — al responder, bebió un trago y siguió —
— Por cierto, le conté a papá sobre la visita, y les manda saludos — agregó mientras nos miraba, mostró una inmensa sonrisa y proseguimos con la cena —
Las charlas fueron simultáneas, todos parecían estar en confianza, Zheng, hablaba acerca de Shanghái, y todo lo que vivieron estos años, Dongmin por otro lado, había entablado amistad con Mingyu y el resto del equipo, JinJin, igual parecía adentrarse en el grupo junto a Moonbin. Sanha, al parecer había encajado a la perfección con Seungkwan, Dk,Hoshi y Dino, Mj había estado hablando con Jeonghan, Jun, Joshua, Vernon, y Wonwoo del otro lado de la mesa, el padre de Lee parecía entretenido con la historia de Woozi y Minghao, por otro lado, Rocky hablaba con Zheng, y las chicas.
No tenía idea de que era lo que hablaban cada uno de ellos, pero las voces distorsionadas sonaban por todo el departamento, al finalizar la cena, cada uno volvió a la sala, Sanha, puso la play junto a Hoshi, siempre pensé que se llevarían bien, algunos, jugaban billar junto a Dongmin, el resto, estaban en rincones hablando y bebiendo como todos unos empresarios.
Nadie era excluido, y los temas de conversación parecían nunca acabar, durante la noche, no entable conversación con SeungCheol, no quería interrumpir la gran conexión que tuvo con Dongmin y sus amigos.
La noche era cómoda, tranquila y especial, no hubo un solo momento donde sentí la necesidad de escapar de toda esta multitud, las chicas y yo nos apartamos un poco, era el típico grupo de puras damas, hasta que llegó el momento de integrarnos con el resto, Jisoo y Jennie fuerom a jugar videojuegos junto a Hoshi, Dino, Sanha y Rocky. Rose se acercó a la barra donde estaban todas las bebidas, Zheng, fue con su esposo y permaneció ahí unos cuantos minutos, ¿y yo?, como mencioné, la noche era cómoda, sentí como la tranquilidad hacía su magia, al salir al balcón, miré las estrellas, sentí como el aire alborotaba mi cabello, y justo a estas horas, era cuando todos nosotros nos volvíamos transparentes.
Eramos nosotros, sin máscaras, sin miedos, sin límites.
Habíamos encajado a la perfección
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La Historia De Los Siete Colores (Precuela De Atrévete a Amar)
FanfictionDesde que era pequeña, me enseñaron a pronunciar cada color, y a diferenciarlo por su tonalidad. Con el paso de los años, poco a poco mi vida se tornó gris y se volvió simple, sin sentido ni valor, pasar tanto tiempo en mi recámara leyendo cientos...