—Puedes vomitar yo...estaré afuera— dije apartando mis manos de sus pequeños hombros, no quería incomodarla con mi presencia así que la esperaría afuera —
— ¿Puedes quedarte conmigo?,soy un caos...— no entendía de lo que hablaba, o el porqué había tomando mi mano, quizá...no quería estar sola—
— Solo estás ebria, es normal sentirse así— mi voz era totalmente diferente, ya no tenía ese tono frío ni seco, verla ahí recargada sobre el inodoro me hizo quedarme, tomé asiento a un lado suyo para que me sintiera cerca —
— Siempre me siento así, a veces me pregunto, ¿el por qué soy tan grotesca?— ¿esto era por el alcohol?, creo que sobria, jamás me hubiera hablado del como se sentía —
—¿Cómo es posible que a pesar de ser grosera contigo, sigues aquí?, ¿Qué es lo que pasa contigo?— dijo en susurro, aún así podía escucharla claramente—
—Shh...basta— mis manos acomodaron su cabello para evitar que cayera al inodoro, creo que al final de todo...si se sentía como yo.—
—¿Cómo puedo caerte bien?, ni siquiera yo me caigo bien... escuchar mi voz es detestable...
—Lisa...— intentaba hacerla parar, verla así, en ese estado...¡dios mío!...no puedo describir lo que siento—
—Odio mi cara, odio como se ve cuando hablo...luego descubrí algo horrible...que pasare el resto de mi vida conmigo misma — había tocado fondo, era como si nunca hubiera hablado sobre lo que ocurría con ella creo que el alcohol le dio el valor para hacerlo, como a muchos de nosotros—
— No hables, ¿sí?, trata de relajarte— mis manos seguían sosteniendo su cabello, mi voz poco a poco se volvía diminuta conforme ella hablaba, pues lo que decía me dejaba confundido, ¿así se siente realmente?—
— Sabes, desde niña...tengo la sensación de que...estoy flotando fuera de mi cuerpo, mirándome desde arriba...y odio lo que veo, la manera en que actúo, como hablo, o como soy en realidad, y no sé cómo cambiar eso...— esto era lo que quería evitar, Lisa, soltó en llanto como una niña pequeña, no lo decía en forma de burla o crítica si no, que jamás había visto llorar a otra mujer que no era mi madre, lamentablemente...a ella no pude salvarla —
—Tengo tanto miedo...de que esta sensación nunca se vaya— todas sus palabras me dejaban pensando, deseaba tanto poder ayudarla—
—Dejame llevarte a casa, ¿si?, puedo comunicarme con tus amigas...
—No lo hagas...por favor...soy una carga para ellas, al igual que para mis padres...y para Seung Cheol...—
No sabía quien era él, pero no podía dejarla aquí, la tomé de los brazos con delicadeza para ayudarla a pararse, al salir del sanitario, Rocky y los chicos estaban afuera, justo como habían dicho
—¿Cómo está?— preguntó MJ—
— Quizá deba...llevarla a casa— respondí dudoso—
—Adelante, llévala, es necesario que descanse— Moonbin y los chicos eran comprensivos, aunque nunca hemos hablado con Jennie y las demás, siempre estuvimos dispuestos a ayudarlas, y sé que Lisa me necesitaba—
—Gracias, los veré mañana en la oficina de Young Soo— al despedirme de los chicos, subí a Lisa a mi vehículo, no sabía si sería buena idea llevarla a mi departamento, pero a decir verdad, no sabía a dónde más ir—
— Deberías dejarme en el suelo — dijo con cansancio —
—te llevaré a mi casa...es mejor que el suelo — dije tratando de no hacer demasiado ruido, abroché el cinturón de seguridad para que pudiera dormir—
Al entrar a mi auto, conduje con mucha precaución, no quería despertarla al cruzar algún tope, había tenido una larga y difícil noche, por lo poco que he escuchado, ella ha pasado por mucho, deseaba tanto poder hacer algo, quisiera entenderla, pero siempre discutíamos inconscientemente aún cuando no hablábamos.
Después de un largo camino, al fin llegué a mi departamento, no sabía si debía cargarla o despertarla, estar en esta situación me era difícil.
Al ponerla entre mis brazos, la llevé hasta mi habitación, la acomode suavemente sobre la cama y la acobije para poder marcharme tranquilamente.
—¿Por qué me ayudas?— cuestionó —
Mierda, creí que estaba dormida*
—Yo... disculpa, no quería...
—Descuida, te lo agradezco — su voz era diferente, me parecía dulce—
— Puedes dormir aquí, yo estaré en el sofá por si necesitas algo, puedes...tomar una camiseta del armario para que duermas más cómoda — no sabía si lo que hacía era correcto, o si sonaba abrumador, no quería incomodarla de ninguna forma —
— Gracias, pero...puedo ir a casa, no quiero molestar— respondió avergonzada, al parecer ya no estaba ebria—
— Tranquila, puedes pasar aquí la noche, no estaré cerca— insistí— creo que...estaría más tranquilo si te quedas aquí— una pequeña sonrisa se formó en sus labios, era la primera vez que la veía sonreír de ese modo—
— Prepararé Té, ¿está bien?— cuestioné amablemente, al decir eso, ella asintió aún con la sonrisa en sus labios—
La incomodidad que sentía se había marchado en ese momento.
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La Historia De Los Siete Colores (Precuela De Atrévete a Amar)
Fiksi PenggemarDesde que era pequeña, me enseñaron a pronunciar cada color, y a diferenciarlo por su tonalidad. Con el paso de los años, poco a poco mi vida se tornó gris y se volvió simple, sin sentido ni valor, pasar tanto tiempo en mi recámara leyendo cientos...