Durante la noche, no logré conciliar el sueño, había demasiados pensamientos en mi cabeza que me hacían estallar, al llegar a la aerolínea, era claro que habría periodistas esperando mi aparición para salir de Tailandia, y justo como lo había imaginado, ahí estaban, no esperaba ver a mi padre, después de lo que hice lo único que quería era que me marchara.
— Señor Ahn Min-hyuk, el avión está listo— comentó la sobrecargo—
—¿Están listas?— cuestionó Min, no pudimos evitar sonreír, la emoción nos consumía, eso era claro—
Al ingresar en el avión, abrochamos los cinturones y nos preparamos para el despegue, el vuelo sería largo y algo pesado, así que venía preparada.
Jisoo, decidió tomar una siesta, al parecer no pudo dormir al igual que yo, Rose, veía revistas de moda mientras escuchaba música desde sus auriculares, Jennie y Min charlaban acerca de su empresa y los nuevos videojuegos que lanzarían en la próxima temporada, yo solo me quedé ahí, viéndolos a ellos, si en algo era buena, era en esto, observar los actos,la paz y la tranquilidad de las personas, no sabía exactamente que me esperaba al aterrizar, pero sea lo que sea, sería mejor que mi vida en Tailandia.
Pero mi mente estaba lista para comenzar con otro de mis proyectos, escribir no es solo un pasatiempo para mi, si no, se volvió mucho más que eso, crear historias inciertas, basadas en cualquier cosa que logre inspirarme, y quizá en este preciso momento esté lista para dar vida a un nuevo personaje como lo fue Morado en " Mundo de siete colores". Tome un papel de servilleta, una pluma que se encontraba en el interior de mi mochila, y solo dejé que mi mente escribiera por si sola, dejé que las ideas flotaran como globos aerostáticos en el inmenso cielo azul, esperando, y solo esperando, una pregunta más.
¿Entiendes lo que te pasó?.
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La Historia De Los Siete Colores (Precuela De Atrévete a Amar)
FanfictionDesde que era pequeña, me enseñaron a pronunciar cada color, y a diferenciarlo por su tonalidad. Con el paso de los años, poco a poco mi vida se tornó gris y se volvió simple, sin sentido ni valor, pasar tanto tiempo en mi recámara leyendo cientos...