Camino a casa, en cada uno de los pasos que mis largas piernas daban todos esos recuerdos eran como una piedra inmensa en mi espalda, nunca he podido hablar sobre esto con mi grupo de amigas, ni siquiera con mi madre.
—¿Donde estuviste toda la tarde?— cuestionó mi padre en cuanto ingresé a la sala principal, estaba agotada, lo que menos quería en este momento es enfrentar una discusión con el hombre junto a mí —
—Salí con las chicas, ¿me necesitabas?— cuestioné mostrando mi agotamiento, tomé asiento en el gran sofá, era como si mis huesos me pesaran cada vez más —
— ¿Cuantas veces debo decirte que esas salidas son una pérdida de tiempo?, no eres una chica ordinaria que sale a donde quiere y cuando quiere, tienes metas, y eso solo hace que pierdas el rumbo de tu camino — la voz de mi padre era calmada, pero en su tono, había furia, estrés y mucho odio —
—No es el fin del mundo solo por ir a tomar una taza de café, y yo jamás he querido conseguir tus metas, no soy como tú — no entendía que palabra de todas fue la que lo disgustó, solo sentí su fuerte y pesada mano en mi mejilla izquierda, el ardor ya no podía sentirlo, solo ese gran odio hacia la persona que debería ser mi padre—
—¡Cariño!— la voz de mi madre se escuchó justo después del golpe, y fue lo único que logró decir—
—Traele hielo, mañana vendrán los invitados— ordenó mi padre para después marcharse entre los pasillos, mi madre, corrió a la nevera por hielo, ¿y yo?, solo estuve ahí, de pie—
—Te he dicho que no lo contradigas,no controla su carácter — comentó mi madre jalando mi brazo para tomar asiento junto a ella, colocó el frío hielo en mi mejilla colorada, no le importaba el golpe, si no el moretón que dejaría el día de mañana —
—¿Dónde está Seung?— cuestioné sin tomarle importancia a su regaño, al escuchar ese nombre, la mirada de mi madre se entristeció, miró hacia abajo, y justo como siempre lo ha hecho, lo ignoró —
—Son momentos difíciles, tenle paciencia— se puso de pie y se marchó, dejando mis dudas en blanco, y aquí estaba, sola nuevamente—
Al entrar en mi habitación, tomé mi ordenador, y leí cada comentario acerca del libro que publiqué, mundo de siete colores, muchos de los comentarios eran halagadores, otros, tenían miles de preguntas para mí, ¿Quién eres?,¿Cuál es tu rostro?,¿Tu vida es así?.
No escribí ese libro esperando ser reconocida, si no,lo escribí como un respiro, como si las palabras fueran la almohada, y yo fuera el grito dentro de ella. Se preguntarán cuando lo escribí, y esa es la única respuesta que tengo clara, ese libro existió una noche en que los recuerdos se volvieron pequeñas navajas en mi pecho, nunca había hablado sobre lo que me hería, nunca mencioné lo que pasaba por mi mente en los momentos de silencio, y ese libro, mencionaba cada una de esas cosas.
Morado, un chico tímido, introvertido, que encontraba magia en los libros, escritor de sueños y pesadillas .
Amarillo, Azul,Rojo, verde, rosa, gris, fieles amigos de morado, extrovertidos y sumamente alegres. Morado, solía tener sueños acerca de un inmenso lago, soñaba como la fuerte corriente lo arrastraba a esa hermosa casa donde creció, donde aún era un niño, donde pensaba que la vida era un juego, y los problemas eran mínimos.
Muchas veces, intentó hablar, leía sus historias,sus sueños,pero a nadie parecía importarle, y muchas de las veces, nadie lo escuchó.
Sus frases más perturbadoras fueron " el dolor era un océano, y nunca aprendí a nadar "
" la noche de ayer, quería pegarme un tiro, pero me faltaba el arma y el valor "
Quizá pensaba que la depresión era inexistente, o ya era normal sentirse así, o negaba que tenía depresión,y eso, lo empeoraba todo, el día, lo volvía alegre, sonreía de par en par, repartía abrazos, y nadie que lo viera podría imaginar que él tenía un trastorno, durante la noche, cuando se encontraba solo, era cuando esas sombras ocultas, salían a atormentarlo.
Morado era una persona triste, de esas que no se les nota.
ESTÁS LEYENDO
La Historia De Los Siete Colores (Precuela De Atrévete a Amar)
FanficDesde que era pequeña, me enseñaron a pronunciar cada color, y a diferenciarlo por su tonalidad. Con el paso de los años, poco a poco mi vida se tornó gris y se volvió simple, sin sentido ni valor, pasar tanto tiempo en mi recámara leyendo cientos...