Alaric

Capítulo 16: Noche en vela

Vale, esperar que algo sucediera le estaba poniendo más paranoico que de costumbre. Hacía horas que dejó a Sav y que volvió a sus clases, pero tenía la sensación encima de que algo estaba sucediendo, algo grande, y que por supuesto él no estaba enterado porque jugar para dos bandos suponía que una cosa podía ser pasada por alto.

Los pasillos de la facultad de medicina estaban a rebosar, porque los populares estaban repartiendo volantes para el dichoso viaje, ese al que a principios de semestre había sido invitado y que, como todo el donjuan que era, le dijo al pollito que iría a ver solo chicas en bikini. Según escuchaba el dichoso viaje se haría una semana después del baile de bienvenida, lo que le daba un margen de tiempo concreto para no dejar ir al chico por mucho que quisiera pero, ¿no estaba Alaric como enojado con él? Entendía su reticencia, demasiado, pero le enojaba en cierta medida porque él no tenía tanto tiempo como el jovencito creía.

En una semana el baile y a la siguiente el viaje. Y, ya que la operación de Sav se llevaba a cabo en dos semanas, sus días estaban contados. Lo peor se venía, porque debía verse con la chica a altas horas de la noche, porque gracias al cielo fue inteligente en decirle que él le buscaba y que, jamás, se acercara a él en la facultad. Mantenerse "fiel" a Alaric era algo que iba a costarle, y no porque se sintiera obligado, sino porque habían tantas mujeres y hombres en la facultad con los que se había acostado, y qué decir de los que se hallaban fuera. Tenia aprehensión en salir con Alaric y encontrarse con uno de sus ligues y que, por supuesto, ese alguien le hiciera quedar mal frente al chico que de verdad quería.

No tenía intención alguna de aparecerse en las clases que restaban, en especial porque no tenía sentido que alguien como él tuviera siquiera un título. Venir había sido una orden, y armarse la historia había sido fácil; todos creyeron los rumores que corrían de su persona. Jamás había estudiado medicina, pero sí que era inteligente y podía aprender más rápido que el alumno promedio. Y claro está, comprarse a los maestros había sido fácil; todos tenían un precio.

—Estás formalmente invitado al viaje, cariño— dijo una voz a sus espaldas.

No tenía que girar para saber que se trataba de la líder de aquella pandilla de populares. En alguna ocasión, mientras se negaba a sí mismo que Alaric aún le gustaba, tuvo relaciones con la chica. Más de una vez. Así que por supuesto que ella se creía con el derecho de ponerle un mote cariñoso e invitarlo personalmente.

—Gracias por la invitación pero...

—Pero nada. Él asistirá. Y yo también.

No había girado, pero supo también con exactitud que ese había sido Alaric. Ahí sí que giró su cuerpo para encontrarse con el joven que le sacaba suspiros cursis pero que le tenía algo enojado en el interior.

—Tú no me mandas— dijo, receloso de que de golpe Al decidiera que asistirían.

—Difiero, pero no importa. Oye, linda, ambos iremos.

Ella soltó una risita boba, mirando ahora al pequeño mequetrefe frente a él. Tampoco es que fuera un secreto que Al buscaba también líos de una noche; el rumor de lo bien que lo hacía ya se había esparcido como pólvora en la facultad.

Sin más ella les entregó la invitación y el pase de abordaje ya que irían a una isla en México para pasarla en grande y muy lejos de los padres. Ah, si ellos realmente supieran...

—¿Por qué?— cuestionó sin poderse creer la actitud del chico.

—¿Importa? Voy a ir, y tú también, y eso es lo único que va a valer— Al se encogió de hombros —Por cierto, dentro de una semana es el baile, y ya que seremos el entretenimiento, te veo en mi departamento todos los días de ocho a diez. A partir de hoy, Jagger.