Alaric

Capítulo 17: Kolter al rescate

La noche había sido más de lo que esperaba. Ahora es que entendía por qué Kyle le quería entre esos dos; debía ser un mediador. La pequeña discusión de anoche donde Michael le decía al chiquillo que no era lo que parecía, le había dejado un mal sabor de boca y un nudo en el estómago que no podía quitarse con nada. ¿Así se sentía querer proteger a alguien a toda costa?, porque honestamente no quería sentirse tan dividido y frustrado porque los planes no le salían como quería.

Habían abandonado el departamento de Alaric después de que esos dos habían discutido. Se había ofrecido a hacer guardia tomando el departamento del frente, pero Michael se negó roduntamente, diciendo que hacer eso supondría demasiado y que, por mucho que le disgustara, Alaric necesitaba un poco de espacio; se dio una nota mental de nunca caer enamorado de nadie.

En ese instante se hallaba en casa de Kyle, puesto que su estancia era relativamente corta, no tenía sentido que tuviera una casa para sí solo, por lo que compartía piso con el hombre.

—¿Mike le dijo algo al chico?— inquirió Kyle mientras servía dos tazas de café, un par de tostadas untadas en mermelada y algo de fruta para el desayuno.

—No supe exactamente cómo es que sucedió, pero Alaric se enteró que Mike vería a una mujer y bueno, al mocoso no le gustó nada eso. A leguas se nota que se gustan— se encogió de hombros, tomando asiento para comenzar a atacar lo que le habían servido.

—Ya veo. Todo se complicó en el momento en que Savannah fue enviada. ¿Crees que Gian desconfíe de nosotros?

—Motivos no tiene, ¿cierto? Has hecho lo posible para atraerlo. Que el niño sea lo suficientemente inteligente como para dudar no es motivo de duda. De hecho, fuimos hechos para dudar de todo y todos sin importar qué.

Y no mentía. Todos en la sede eran creados para ser seguidores, aunque algunos se salían del molde, como Mike, y encabezaban alguna cuadrilla o equipo porque eso había sido puesto en su genética. Mike era un líder nato. Alaric tenía una súper memoria y manejaba el fuego mejor que nadie. ¿Él? Tenía salud. Bueno, en realidad era bueno en su elemento, pero más allá de eso no podía ni quería ser. Los mejores eran enviados a guerras. Los "buenos", como él, dejados en la sede para entrenar a la siguiente generación. Odiaba destacar en los entrenamientos por ese simple hecho; no quería escalar posiciones. Hacerlo significaba abandonar la comodidad, y él estaba muy feliz en su burbuja.

—Sabes que si logramos que nos escoja, estaremos en muy serios problemas— dijo Kyle, comiendo lo más silencioso posible.

—¿Y? Conocía los riesgos al añadirme a tu equipo. Puedo parecer un niño pero he dejado de serlo desde hace años. Podría decirse que soy un adulto en el cuerpo de un mocoso.

—Ya. Todos lo son. Una parte por la que hago todo esto es por ustedes también, ¿sabes? Vivir así es jodido y la verdad odio que piensen que es lo único que tienen para vivir —vio que Kyle Tecleaba algo en su teléfono para luego dejarlo sobre la mesa.

Kolter desvió la mirada.

No. No era así.

Todos en la sede sabían que más allá de las puertas principales había un mundo del cuál podrían disfrutar, pero eran lo suficientemente inteligentes como para aceptar su realidad. Que Alaric fuera el único en escapar no era un milagro; sabía que alguien debió haber ayudado. Que nadie más haya salido después del chico tampoco había sido extraño. Todos se habían resignado a pasar sus vidas como esclavos del ejército estadounidense.

—Conocemos las opciones, Kyle, pero también sabemos lo cruel que Gian es con quien no obedece. ¿Crees que queremos pasar el resto de nuestras vidas encerrados y sirviendo a unos idiotas que creen que matar a otros solo porque si está bien, y es considerado un bien a la nación? No. No queremos eso. Pero tampoco es que podamos aspirar a más. Somos sus juguetes, Kyle, porque incluso su hijo de sangre es una creación más para beneficio propio.