El silencio se prolongaba más y más a medida que los minutos pasaban y el director no les quitaba la mirada de encima.
Se hallaban sentados frente al escritorio del director, mientras él estaba sentado tras este en su silla que parecía sacada de alguna presidencia.
-No voy a preguntar las razones, jóvenes, pero sí que debo optar por un castigo... apropiado, y en el que... sufran. ¿Qué talentos tiene joven Alaric?
¿Talentos? De todo lo que podía preguntarle, el director cuestionaba si tenía algún talento que no fuera su super dotada mente. Soltó un suspiro. Bueno, si debía saberse, que se supiera ahora.
-Toco el piano y la guitarra, señor.
Un escalofrío le recorrió cuando vio la lenta sonrisa que se esbozaba en labios del mayor, y escuchó a Jagger gemir a su lado. ¿Qué se estaba perdiendo?
-No sé si sepa, joven Alaric, pero desde hace unos años el consejo estudiantil organiza el baila de bienvenida para todos los nuevos y actuales estudiantes de nuestra facultad. Me dejaron dicho que no tenían quién les diera un poco de entretenimiento durante al menos dos horas, ya que todo lo demás está cubierto.
Entretenimiento... ¿el director estaba sugiriendo lo que creía estaba sugiriendo?
-El señor Jagger aquí presente tiene una voz envidiable, ¿lo sabía usted? Como quiera que sea, ambos serán el entretenimiento del baile de bienvenida el tiempo que el conseja decida sea suficiente. Y por cierto, deberían comenzar a distanciarse o a realmente aceptar la química sexual que hay entre ustedes.
Tecleó un poco en su computador y le dio vuelta al monitor. En la pantalla se apreciaba el momento en que Jagger veía la lonchera, el momento en donde su expresión se volvía tierna y clamaba que le daría un beso si el almuerzo ahí dentro sería para él. Sus mejillas se calentaron de nuevo al verse en la grabación devolviendo el beso con la misma avidez que Jagger mostraba. Jesús, ¿le había besado?
De reojo observó cómo Jagger no quitaba la mirada, pero del director. Parecía haber una batalla campal entre ellos dejando muy de lado su existencia y el video en cuestión que tenía grabado que si hubo mucha química ahí.
-Normalmente no desaliento a los alumnos al sexo seguro o una relación sana, pero en esta ocasión tengo que diferir, jóvenes. No es por los años de diferencia tampoco, eso es lo de menos, pero creo que uno de ustedes no está listo para una relación a distancia.
Jagger se tensó. Ah, así que él se iría, ¿verdad?
No supo por qué la mera idea de ya no ver a Jagger le llenó el estómago de una fea sensación que no dejó de esparcirse.
-Te irás, ¿cierto?
Aún tenso, Jagger giró su cabeza para verle de frente.
-No es así, pollito. Es... complicado, ¿si? Tal vez algún día logre contarte.
Resopló.
Secretos.
Secreto tras secreto iba descubriendo hoy. Primero con Tamara y ahora con Jagger.
Aún cuando sabía que Jagger tenía algo que esconder, no creyó que sería algo como aquello y que no tenía planeado contarle porque, ¿algún día le contaría? Seguro cuando ya no le tuviera en frente. Abrió la boca para verbalizar una réplica listilla, pero nada salió, así que la cerró de golpe y bajó la mirada a su regazo, notando que sus manos se retorcían sobre sus piernas.
-¿Para cuando es el baile, señor?- inquirió en voz tan bajita que, de no ser porque el escritorio no era tan grande como para separarles una distancia considerable, no le habrían escuchado.
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Alaric
PertualanganManejar el fuego a escondidas de los demás debería ser relativamente fácil, ¿cierto? Para Alaric Parker, un joven estudiante de medicina en su primer semestre, las cosas se suponía serían sólo "estudiar" y "pasar exámenes" sin mostrar a nadie lo que...