Alaric

Capítulo 15: Las cartas y su significado

Las cosas sucedían por algo, ¿cierto? Y que le estuvieran sucediendo a él no se suponía que fuera del todo malo, ¿verdad? Es decir, las probabilidades de que todo lo malo estuviera pasándole solo a él debía ser más que una simple y llana coincidencia.

Después de arribar a la facultad y toparse con cierto rubio que le movía el piso, fue directo a su clase y tomó asiento en la esquina más alejada del profesor. Encontrar una carta no estaba en sus planes, mucho menos ver que había dos cartas sobre su pupitre. Frunció el ceño y dedicó las próximas horas a juguetear con los bordes de ambas cartas aún sin abrirlas.

Sentía las miradas sobre él, en especial sobre sus manos que se negaban a soltar las cartas, tratando de mantener atención a sus clases. Días antes había notado que su memoria estaba tomando su normalidad, hablando de que ya no estaba olvidando nada referente a los días que estuvo con su madre. Le llenaba de una sensación extraña el recordar a la mujer que le dio la vida y le crió para ser quien era hoy en día, porque estaba solo desde hacía un tiempo que temía sospechar. Siempre le dio vueltas al asunto. Siempre pensó que era tan antinatural que los servicios sociales no vinieran a por él si se suponía que ante la ley era un huérfano menor de edad que no "podía" mantenerse por sí mismo.

Su cabeza estuvo perdida en ese pensamiento y no en el hecho de que Jagger había logrado colarse a cada clase que él estuviera, pero manteniendo un perfil bajo, siendo, desde el momento en que la primera clase comenzó, una bruma en las esquinas a la que nadie le prestaba atención, puesto que sería extraño volverse un charco y estar dentro de las aulas.

La hora del almuerzo llegó y con ello el hecho de que no tenía nada de hambre. Se quedó en el aula observando a todos salir y dirigirse hacia donde el comedor se hallaba, aunque algunos preferían salir y comer en las cafeterías cercanas. Por su parte se dedicó a observar. La primera venía de parte de un nombre que desconocía; Kolter Mael Stocke. La otra venía de parte de aquel hombre que no hace mucho le pidió reunirse y terminó llevando a alguien más.

Soltó un suspiro mientras tomaba el sobre de parte de Kyle, revelando una sencilla hoja con las letras hechas a computadora.

Debo decir que las cosas no están saliendo como esperaba, y eso es algo que me llena de rabia, porque me gusta tener todo ordenado. Si algo se sale de mi control me disgusta, y honestamente todo esto está escapando de mis manos.
Que sepas, Alaric Parker, que aun cuando deseo ayudarte a tener control sobre tu elemento, es mayor el deseo de verte vivir. Fui yo quien hizo envío de aquella carta, y de favor no divulgues lo que estás por leer. Tengo conocimiento de la otra carta, y quiero que seas consciente de que esa persona es un aliado. Conozco el nombre de tu padre, y fui yo quien ayudó a tu salida de donde de encontrabas.

Quizá sea mucha información por asimilar, y por ello no diré nada más hasta que el momento sea conveniente. Estoy al tanto de tu condición mental y lo que conlleva, pero también sé que muchos de esos recuerdos que tienes no son reales. No escapaste, porque escapar de aquí es prácticamente imposible. Te dejaron ir porque serías el primer usuario de nivel blood en la ciudad, y querían ver cómo te desenvolvias fuera de aquí. No todos somos quienes decimos ser, y entiendo que desconfíes de lo que te digo. Pero, ojo, aquí un dato especial.

Tu memoria funciona de una manera muy particular. La droga que te inyectaron para reprimir tus recuerdos originales ya no está surtiendo efecto. Debías ser inyectado hará cosa de unos meses para mantener tu memoria a largo plazo sellada. Dirás, ¿cómo es posible tomando en cuenta la hipertimesia que me hace recordar todo? Somos científicos, Alaric, y el mayor logro que se atribuye a esta empresa, después de haberte creado, ha sido el esconder tus recuerdos de esa súper memoria que posees.