Capítulo 19: Cuenta regresiva

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La semana había terminado y estaban a solo unas horas de presentarse.

Alaric sentía una presión enorme sobre él, y no debido a que esperasen algo espectacular de su parte, sino que él mismo se presionaba a ser mejor de lo que otros pudieran pensar.

Y, si pensaba con detenimiento las cosas, el trío estaba más que listo para dar una presentación fuera de serie. Ayudaba mucho el que Jagger fuese capaz de hablar más de un idioma, así que con la ayuda de Kolter habían sacado algunas canciones en acústico enteramente en español; secretamente odiaba al rubio por ser igual de bueno que él, pero eso era otra historia.

Jagger había sido honesto al decir que estaría toda esa semana yendo con ellos al ensayo, pero se iba apenas terminaban y desaparecía.

En el fondo sentía aprehensión respecto a eso porque, nunca, jamás, el tipo les dijo a dónde es que iba, y tenía la ligera sospecha de que Kolter sabía algo, pero de tan hermético y cínico que era, prefería evitarle a toda costa a sabiendas de que no obtendría la respuesta que buscaba.

Se dijo que no tenía por qué andar tras un hombre que ahora huía de él y parecía evitarlo a toda costa. Pero, Dios, no podía evitar pensar que estaba haciendo justo lo que el otro esperaba que hiciera y que, joder, debía tomar la iniciativa al menos esa vez.

Solo en su pequeño departamento, se miró al espejo totalmente desnudo. Jamás se había considerado feo puesto que la atención de tanto chicas como chicos dejaban en claro que distaba mucho de serlo, pero sí que golpeaba duro su ego que un hombre igual de atractivo lo rechazara.

—No pienses mucho en eso— susurró, cerrando sus ojos para no ver su mirada llena de anhelo.

¿Estaba siendo un idiota al no lanzarse y declararse después de todo? Podría ser pero, ahora que veía bien las cosas, Jagger solo se había acercado a él durante unos días, y después de ello el tipo no volvió a pararse cerca. Algo pasaba, era eso, tenía que serlo. Quería creer en que el pelinegro no se alejaba solo porque sí. Quería pensar en que había razones de peso. ¿Y si le habían amenazado de nuevo? Podría ser, ¿cierto? Porque incluso en los primeros contactos que tuvo de aquel hombre extraño, habían amenazado con hacerle daño a Jagger.

También, y eso le había costado un poco de aceptar, Kolter se había nombrado su compañero de cuarto aún con toda la reticencia del mundo que pudo reunir para evitarlo. El rubio había estado en lo cierto al decirle que una vez que se le metía una idea, nadie lograba sacarsela.

Entendía por qué Kolter se metía en su vida así de golpe, bueno, un poco. Pasaba las noches con él, pero al despertar, el rubio ya había partido a su casa, o eso quería imaginar.

Se metió al baño para darse una ducha y terminar finalmente con la agonía.

Debían estar con tiempo para ver el asunto del sonido y dar un último ensayo mucho antes de la presentación y, así, estar descansados y tranquilos. No era la primera vez que tocaba frente a un público, pero sí la primera donde no lo hacía solo. Admitía que Jagger tenía buena voz y la manera en que se desenvolvía solo lo hacía mejor y, Dios, el rubio realmente era bueno.

Abandonó su departamento habiendo desayunado algo y llevando consigo un termo lleno de café; no funcionaba sin un café por las mañanas.

El tramo fue corto y en la entrada ya les esperaban Jagger y Kolter. La necesidad de lanzarse contra el pelinegro y besarlo era enorme, así que mantuvo la mirada hacia el piso y saludó a ambos entre un murmullo. Dios, qué difícil era fingir a veces.

—Tengo clase hasta la cuarta hora. De ahí en adelante estoy libre para cuando lo necesiten— comentó el de ojos azules.

—De acuerdo. A mí se me dio el permiso de no asistir si quería, y francamente mi cabeza no da para mantenerse en clase, así que iré con Kolter a ensayar desde ahora.

AlaricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora