Rules [Kookmin Au] 📘

xxv

El típico bullicio llega a mis oídos en cuanto llegamos al colegio y nuestra actuación digna de un puto Oscar empieza de forma automática.

Ni siquiera me miras y ni siquiera te miro, por más que querramos hacerlo.

No me hablas y no te hablo, aunque tengamos tantas cosas para decirnos que cuando estamos a solas el silenció solo existe cuando nuestros labios están ocupados en otra actividad.

Me ignoras y te ignoro cuando la realidad es que somos demasiado conscientes de la presencia del contrario. De cada paso y respiración que da.

Cada jodida respiración que das, cada maldito movimiento, lo observo de reojo y debo de decir que a estas alturas ya soy todo un profesional en observarte sin que nadie se de cuenta.

Y por ese motivo es que soy capaz de notar como te acercas sin ni un poco de timidez hacía ese grupo que te mira con veneno en los ojos.

—¿Debería decir en voz alta lo que voy a darte o le vas a decir a tus esbirros de mierda que dejen de mirarme así?

Tu voz no solo llega a mis oídos, llega a más de un alumno que pasa por aca para ingresar a la escuela causando que la gran mayoría frenen sus pasos y se dispongan a ver la escena atentamente.

Kim Yerim completamente enemistada con el hermanito de Jeon Jungkook, ya veo las preguntas de mierda que van a comenzar a aparecer por los pasillos

"¿De qué lado estará Jungkook?"

Aunque para ser honestos creo que ya lo deje en claro ¿Verdas, Jimin? Mi lugar va a ser siempre a tu lado.

—¿Me estas amenazando?

Pregunta la suave voz de Yerim en un patético intento de hacerse la víctima. La conozco mucho mejor de lo que me gustaría admitir y eso es lo que hace. No es una mala chica, solo es complicada y le encanta ser el centro de atención. Lo que quiere lo tiene y si no lo tiene hace lo que sea por tenerlo, honestamente me preocupa que intente lo mismo conmigo.

Una risa completamente burlona se escapa de tus labios causando que una sonrisa se dibuje en los míos.

¿Sabes que me parece curioso sobre vos, Jimin? Que tenes cara de un pobre Ángel inocente cuando en realidad sos un mismísimo demonio en tierra.

Si no te conociera, no daría ni un centavo por vos y apostaría a que no tenes ni un poco de personalidad. Las apariencias engañan y tu disfraz de niño inocente no podría ser más mentiroso.

—Yo no amenazo, Yerim. Yo advierto.

Tus pasos son delicados, me das la espalda pero apuesto todo lo que tengo a que una sonrisa se dibuja en tus labios justo ahora. Te acercas a ella en completo silenció, estoy seguro de que la miras fijamente y cuanto estas a unos pocos centímetros de ella es que te quedas estático en tu lugar sin hacer ni un solo movimiento.

—¿Advertirme? ¿Sobre qué?

Te pregunta tratando de sonar burlona pero fallando en el momento en el que su voz se quiebra demostrando su nerviosismo. Una nueva y pequeña carcajada se escucha desde tu cuerpo, te inclinas hacía ella causando que su rostro sea capaz de verse por sobre tu hombro.

Tu posición indica que tus labios están justo en su oído, y cuando estoy seguro de que lo que sea que vas a decir lo vas a hacer en un susurro, es que tu voz es escuchada por cada uno de los presentes.

—No toques lo que no te pertenece o te voy a cortar las manos.

El rostro de Yerim se desfigura en cuanto esas palabras salen de tus labios, de inmediato se aleja algunos pasos de vos como si supiera que sos capaz de cumplir con tu advertencia.