Capítulo 18

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Hoy el ambiente está plagado de sentimientos de ira y tristeza. Los jóvenes han estado pasando por una etapa muy dura, pero Misterio ya les advirtió que las cosas eventualmente terminarían de esta forma.

Cuando Jackson recuperó la conciencia, ninguno de sus compañeros fue lo bastante valiente como para contarle lo que sucedió anoche. Pero Jackson no dejó de insistir, no iba a descansar hasta descubrir por qué Ámbar no estaba. Es por eso que hoy sus amigos están listos para conversar y aclarar las cosas de una buena vez.

—Jack, esto es algo muy difícil de explicarte... —dice Brayan sentándose a su lado.

—Ya déjense de rodeos, quiero saber quien fue el imbécil que mató a Ámbar.

—Bueno, ese "imbécil" fuiste tú —A Brayan se le hace un nudo en la garganta al ver como el rostro de su amigo palidecía—. Pensamos que el culpable era Javier porque para nosotros tú ya estabas libre de sospechas, pero parece que ese fantasma se las arregló para engañarnos.

En la cabeza de Jackson no cabe que él fuera el responsable. Lleno de lágrimas, subió tan rápido como pudo hasta la habitación. Incluso parece más afectado por la muerte de Ámbar que Javier, que se quedó callado, mirando al suelo. Sus compañeros le preguntan a Brayan sobre el comportamiento de Jackson, porque les sorprende verlo tan conmocionado por primera vez. Brayan le confiesa a sus compañeros que Jackson estaba enamorado de ella y que pensaba declararle su amor después de terminar el desafío de ayer. Incluso agrega que les veía un buen futuro juntos, porque se notaba que ambos tenían buena química, aunque no fuera obvio a simple vista. Javier parece entenderlo, sabe que Ámbar, a pesar de ser un poco reservada, puede agradarle a cualquiera. Aunque no se esperaba que le agradara tanto a Jackson.

Los minutos pasan y Brayan siente que es el momento adecuado para subir y hacer lo que mejor sabe hacer, animar a la gente. Subió para darle fuerzas a su amigo y sus compañeros decidieron explorar lo más que puedan la mansión hasta que Misterio haga su aparición, dejando a Javier totalmente solo. Ignorando lo que le había pasado a Gabriela, él decide dormir para despejar la mente.

Logró conciliar el sueño relativamente rápido y apareció en la mansión. Pero algo que le llama la atención es que ésta parece ser una versión alterna, donde todo está descuidado y mal iluminado: no hay nada ni nadie a su alrededor más que el polvo flotando en al ambiente. Él intenta ser cauteloso y explorar con pasos lentos, pero de pronto escucha la voz de Misterio. Está intentando mirar a su alrededor pero no consigue verlo.

—¡¿Qué quieres?!

—Tranquilo, vengo en son de paz. —Al escuchar esto, Javier baja la guardia lo suficiente como para aflojar la mano que estaba formando un puño—. ¿Por qué no te sientas? Te noto algo tenso.

Sin oportunidad de reaccionar, un mueble se desliza hasta llegar a Javier. Pero desde que se sentó, el mueble desapareció, dejando que el joven cayera sentado en el suelo, provocando una carcajada por parte de Misterio. Javier ya está totalmente frustrado, así que después de levantarse, decide ver qué es lo que quiere.

—Si fuera tú, no apartaría los ojos de Jackson...

—¿Por qué lo dices?

—Me pareció muy extraña la forma en la que él reaccionó ante la muerte de tu amiga, hasta me atrevería a decir que fue sobreactuada. Además ¿No te pareció raro que se pasara toda la noche junto a ella?

—Supongo que sí. No lo vimos hasta que finalizó el reto.

—Tampoco dijo nada cuando te estaban tachando de sospechoso. Así que... creo que solo te utilizó como distracción mientras buscaba la forma de llevarse a tu querida amiga sin que nadie lo viera. Y si te pones a pensarlo con ese contexto, el fantasma solo pudo haberle dado las habilidades que necesitaba, y el resto ya sería cuestión de ser convincente.

Meses De Agonía ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora