Capítulo 11

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—Llegó un nuevo día y tal vez una nueva oportunidad de matar a otro de estos miserables —dice Misterio frente al espejo, terminando de arreglarse—. No creo que los que queden puedan sobrevivir, pero es divertido verlos intentarlo. De alguna forma u otra, la historia siempre se repite.

En ese momento, Misterio saca su teléfono y se fija en la hora.

—Bueno, aún queda tiempo antes de su tortura. Así que veré si ese insecto me trajo lo prometido y no esté tratando de hacer algo estúpido, de lo contrario... me veré obligado a tomar mis medidas.

•• <<────≪•◦ En la mansión ◦•≫────>> ••

—Buenos días —saluda Manuel algo somnoliento.

—Hola Manuel —le responde Nicole sin poder superar la muerte de su hermana.

—Ánimo Nicole, aún tienes a Taylor, y estoy seguro de que saldrán de aquí juntas. —Como siempre, las palabras de Manuel están cargadas de seguridad y acompañadas de una sonrisa cálida.

—Tienes razón —admite Nicole secándose las lágrimas.

—¿Me perdí de algo? —agrega Brayan saliendo de la cocina.

—Al menos agradezcan que siguen vivas —dice Jackson desde una esquina—. Solo espero que esto no les afecte durante el reto de hoy.

—¿Y tú desde cuándo te preocupas tanto por ellas? —le pregunta Brayan colocándose al lado suyo, intentando imitar su pose.

—¿Acaso no puedo ser amable con las chicas?

—No, ¿Cómo crees? Yo no dije eso, Jajajaja.

—Aunque, siéndote sincero, estoy muy preocupado... —da un suspiro— No quiero morir todavía.

—Créeme, nadie quiere.

—No puedo creer esto —dice Misterio con la mano en la frente, decepcionado—. ¡Ya despierten! Y que les sirva para que recuerden dónde están. —La forma en la que Misterio le gritó a los jóvenes hizo que la mayoría quedaran paralizados del miedo.

Sin embargo, esto no aplica para todos.

—Para ti es fácil decirlo... ¡Fuiste tú quien la mató! —exclama Taylor llena de lágrimas desde uno de los muebles.

—Misterio soltó una risa leve tan solo de recordarlo— Su muerte fue casi tan satisfactoria como la de ese infeliz.

—¿D- de quién más estás hablando? —Michael pregunta asustado mirando a sus compañeros.

—De nadie... alguien sin importancia. Ahora sigamos, les tengo un regalo que seguro les va a encantar. —Toda la mansión acaba de quedarse a oscuras.

—¡Manténganse juntos! —grita Gabriela al recordar lo que le pasó la última vez que se quedó sola en este sitio.

—Les sugiero que se dirijan a la puerta del segundo piso, y para que puedan distinguirla, les informo que la perilla tiene forma de rombo.

—Bueno, ahora solo tenemos que tratar de no caernos —dice Brayan riéndose de lo que había dicho.

Los jóvenes tienen una clara dificultad para avanzar. Misterio en cambio, goza de ver a sus víctimas tropezarse, todo gracias a que las cámaras de vigilancia que él usa cuentan con un modo de visión nocturna. Luego de unos minutos de choques contra los muebles, los jóvenes finalmente consiguen llegar a las escaleras, por lo que proceden a subirlas con mucho cuidado para evitar lastimarse más de lo que han hecho.

—Recuerden que necesitamos permanecer juntos, así que no quiero que se suelten del soporte o de la pared —avisa Manuel quien encabeza el grupo.

—Oye Mike, deja mi cabeza —le regaña Javier a Michael quien se encuentra detrás suyo, y lo mismo hace el resto del grupo.

Meses De Agonía ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora